“Estoy harto de ti, América”, cantaba en 2007 Rufus Wainwright (Nueva York, 1973) en Going to a town. Aquella canción hablaba de ciudades arrasadas y del hastío de un país al que se le había arrebatado el honor. “Mucha gente me la recuerda estos días. Soy por naturaleza optimista, pero que EE.UU. sea así me agota”, responde desde su hogar en Laurel Canyon, el oasis hippie y bohemio en las colinas de Hollywood en el que tiene a Joni Mitchell como vecina. La historia se repite. Afortunadamente, también sus mejores partes. Tras dos óperas y un disco de sonetos shakespearianos, el cantautor ha vuelto con Unfollow the rules al pop ornamentado, ácido y épico de sus inicios, cuando revolucionó a finales de los 90 el panorama musical con su apabullante voz y personalidad.
Mujerhoy El confinamiento nos ha abierto vía videoconferencia la casa de muchos artistas y hemos podido fisgar en sus estanterías. En su caso, el divertimento era reconocer las fotos sobre el piano de cola.
Rufus Wainwright Es algo que imité de mi gran amiga Carrie Fisher. En su casa de Beverly Hills, que lo había sido de Bette Davis, tenía una cantidad inmensa de fotos enmarcadas sobre el piano: Liz Taylor, Shirley MacLaine, Laurence Olivier… Todas apelotonadas Yo he hecho lo mismo con fotos de mi familia, el retrato de Judy Garland que todo hombre gay debe poseer, una de Pierre Trudeau [primer ministro de Canadá y padre del actual, Justin Trudeau]… También hay algunos bustos de Verdi, Wagner, Puccini y otros grandes compositores clásicos. Reúno tanta ayuda e inspiración como me sea posible, porque nunca es suficiente.
M.H. No hay un buen momento para algo así, pero a usted este encierro forzoso le ha pillado quizá en uno de los mejores de su vida.
Rufus Wainwright Totalmente. Tengo salud y mi familia se ha encontrado bien durante estos meses. Vivo en una casa preciosa y no he perdido mi trabajo, sería un ingrato si me quejase. Además, como artista, tener tanto tiempo para componer es como si me hubiera caído un regalo del cielo. Aún así, he perdido a gente muy querida por culpa del Covid-19…
M.H. Como el productor Hal Willner, uno de sus primeros valedores.
Rufus Wainwright Sí. También Mona Foot, una de las grandes drag queen de Nueva York, el dramaturgo Terrence McNally, al que conocía muchísimo… Sé que en España también ha sido muy duro, he seguido las noticias. En EE.UU. todo es cada día más extraño y difícil. Ha hecho falta algo así para que muchos se den cuenta de que un fenómeno como Trump es insostenible. Incluso sus votantes ven que tenemos un gran problema con él.
M.H. En estas semanas ha apoyado al candidato demócrata Joe Biden públicamente. ¿Por qué no lo hizo antes?
Rufus Wainwright Siempre me ha gustado, nos conocemos personalmente, aunque mi favorita era Elizabeth Warren. Espero que Biden cuente con ella si llega al Gobierno. Creo que es muy posible que gane las elecciones, porque ha tenido una actitud muy positiva durante la pandemia y ha aunado muchas sensibilidades distintas.
M.H. El título de su nuevo disco, Unfollow the rules, lo inspiró una frase de su hija Viva [que tuvo con su amiga Lorca, hija a su vez de Leonard Cohen, en 2011], pero le representa muy bien a usted, que desoyó una de las normas no escritas del pop cuando se presentó como un artista abiertamente gay.
Rufus Wainwright A muchos músicos nos han querido convencer de que hay que hacer ciertas cosas para que tus canciones sean éxitos de los que suenan en la radio. Yo siempre me he guiado por mi instinto, por lo que me apetecía hacer, ya fuera una ópera o un álbum de versiones de Judy Garland. Creo que ese ha sido mi gran acto de desobediencia, y la clave para una carrera larga y un público fiel.
M.H. Dedica una canción a esas mujeres maduras que no se pierden ni uno de los conciertos que da. ¿Son sus mayores fans?
Rufus Wainwright Son muy fieles e intensas y las adoro; la mayoría son ya amigas mías. No tienen prejuicios, están totalmente desinhibidas y lo único que les importa es disfrutar a tope de los conciertos. Cuando empezaba, hubo algunas que se volvieron muy locas y abandonaron sus casas y sus familias por seguirme. Vivían en la carretera y dormían en el coche. Hace tiempo que ya no pasa. Supongo que es porque ya no me ven como si fuera su hijo.
M.H. Ahora es usted quien tiene una hija de nueve años. ¿Cómo es Viva?
Rufus Wainwright Le encanta Adele, como a mí, y Taylor Swift, a quien valoro muchísimo que se haya posicionado frente a Trump. También le gusta mi música, no sé por cuánto tiempo… ¿Continuará la dinastía familiar de artistas? Es pronto para saberlo. Tiene una voz muy bonita y le encanta actuar. No la forzaré, aunque está claro que tiene aptitudes. Dependerá por completo de ella.
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