Nunca enfrentarse a una gripe (o a un coronavirus) dio para tantos mensajes contradictorios, bulos y reacciones exageradas (como la que ha llevado a vaciar los estantes de los supermercados en Madrid). Mientras la mayoría de nosotros nos desinfectamos las manos con recelo mientras nos bombardean con titulares y gráficas sobre infectados y fallecidos, los expertos intentan pedirnos calma y serenidad. En esta ocasión ha sido el Colegio de Psicólogos de la Comunidad de Madrid el que nos exhorta a afrontar esta crisis con entereza. Y nos da las claves para conseguirlo.
Si no estás contagiada por el coronavirus
El miedo es libre y una persona puede ni coincidir en el espacio-tiempo con un afectado de coronavirus y, aún así, sentirse amenazado y extremar el estado de alerta. Si te sientes nerviosa o tensa, no te puedes sacar este tema de la cabeza, te has enganchado a las informaciones de última hora, te cuesta concentrarte y el hecho de que tu madre (mayor y con diabetes) salga a comprar el pan te llena la cabeza de malos presagios… los psicólogos te recomiendan que tomes estas medidas.
Evita la sobreinformación. Informarte es justo y necesario. Pasarte el día enganchada a las noticias, no. Restringe las alertas de tus redes sociales, consulta siempre fuentes sanitarias fidedignas (olvídate de lo que te llegue por el whatsapp) y transmite la información que te llegue a tus seres queridos con datos realistas y evitando el alarmismo. Y, sobre todo, no contribuyas al nerviosismo de los demás: antes de compartir un contenido, asegúrate de que es fiel a la realidad.
Recuerda que, en este momento, la enfermedad no te ha afectado. No te amargues pensando en los “y si…”. Está bien que aceptes tus emociones y las compartes con la gente de tu entorno cercano, pero no conviertas el coronavirus en un monotema. recuerda que eres una persona adulta y perfectamente capaz de seguir las indicaciones de prevención de las autoridades sanitarias.
Si perteneces a la población de riesgo
Las personas mayores o con patologías previas (cardiacas, pulmonares, metabólicas…) pueden sentirse en el centro del huracán porque son el público principal de los mensajes más alarmantes que nos llegan. Si perteneces los expertos te recomiendan:
Lo más importante es que sigas las recomendaciones de las autoridades sanitarias. pero casi tan importante como esto es que no te mueras “de fuerte”, es decir, no trivialices tu riesgo, que lo tienes, por intentar evadirte de la desagradable sensación de desasosiego que nos produce enfrentarnos a algo tan etéreo como una enfermedad. Sé precavida, pero sin alarmarte.
Si por tus condiciones especiales te recomiendan el aislamiento debes tener en cuenta que no son las vacaciones pagadas que todo el mundo tiene en mente. En esos periodos de aislamiento es normal que aparezcan sentimientos negativos como el miedo, la soledad, el enfado e incluso el estrés y la ansiedad. Echa mano de las tecnologías y la planificación para intentar mantenerte conectado con tus seres queridos y organizar tareas para ocupar tu tiempo. Puedes aprovechar, incluso, para recuperar ese bullet journal que nunca pones en orden o cualquier otra actividad que te relaje.
Si te has infectado con el coronavirus
Además de todo lo anterior, que en tu caso también se aplica, descansa todo lo que puedas, intenta utilizar técnicas de relajación y añade a tu listado estas recomendaciones:
Maneja los pensamientos intrusivos. No te pongas en lo peor ni te alarmes innecesariamente. Recuerda que la inmensa mayoría de las personas se están curando.
Cuando tengas miedo recuerda otra situaciones en la vida en las que pasaste miedo y que superaste. De hecho, piensa en todas las enfermedades que has superado en tu vida con éxito. Ánimo, que esta no va a ser menos.
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