Según datos del informe «Las cifras del cáncer en España en 2020» de laSociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer es una de las principales causas de morbi-mortalidad en nuestro país. Se estima que el número de cánceres diagnosticadas en el año 2020 alcance los 277.394 casos a nivel mundial, según los cálculos de REDECAN, un número muy similar al de 2019.
En cuanto a las cifras relacionadas con los diagnósticos de leucemia, a nivel mundial tenemos que hablar de 437.033 nuevos casos, en 2018, y se estima que en 2020 en España se alcancen los 6.242.
La leucemia, también popularmente conocida como el cáncer de la sangre, es un tipo de patología oncológica que afecta a los tejidos que forman la sangre en el organismo, incluyendo la médula ósea y el sistema linfático. Generalmente afecta a los glóbulos blancos, que tienen un alto poder para combatir infecciones y que cuando se detecta algún problema en su producción -su funcionamiento deja de ser el correcto produciendo células blásticas leucémicas o células de leucemia- y por tanto, puede tratarse de un caso de leucemia.
Según informan desde Mayo Clinic, «se cree que que la leucemia aparece cuando algunas células sanguíneas adquieren mutaciones en el ADN (la información que se encuentra dentro de cada célula y que dirige su función). Puede haber otros cambios en las células que todavía no se comprenden cabalmente y que podrían contribuir a provocar la leucemia. Algunas anomalías hacen que la célula crezca y se divida con mayor rapidez, y que siga viviendo cuando las células normales ya murieron. Con el tiempo, esas células anormales pueden desplazar a las células sanguíneas sanas de la médula ósea, lo que disminuye la cantidad de plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos sanos, y causa los signos y síntomas de la leucemia.»
Síntomas de la leucemia, difíciles de detectar
Los síntomas de este cáncer pueden variar según el tipo de leucemia a la que nos enfrentemos. Los síntomas suelen ser poco específicos y leves por lo que es muy posible pasar por alto algunos de estos síntomas, pero si notas alguno y son persistentes lo mejor es acudir a tu médico para que lo valore. Los síntomas más comunes suelen ser:
– Fiebre o escalofríos
– Fatiga persistente, debilidad
– Infecciones frecuentes
– Pérdida de peso
– Inflamación de los glánglios linfáticos, agrandamiento del hígado o del bazo
– Tendencia al sangrado, formación de moretones, sangrados nasales de forma recurrente
– Petequia o pequeñas manchas rojas en la piel
– Sudoración excesiva sobre todo por la noche
– Dolor o sensibilidad en los huesos
Cómo se clasifica la leucemia y qué tipos de esta enfermedad existen
– Leucemia aguda: es cuando las células sanguíneas anormales son inmaduras y no pueden cumplir sus funciones normales, multiplicándose rápidamente por tanto, la enfermedad empeora de forma rapida. Por este motivo, este tipo de leucemia requiere un tratamiento oportuno y agresivo.
– Leucemia crónica: existen muchos tipo de leucemias crónicas. Algunas producen muchas células y otras pocas. Las células sanguíneas son más maduras y por tanto se replican muy lentamente. Este tipo de leucemia puede no producir síntomas tempranos pudiendo pasarse por alto y tardar años en ser diagnosticada.
En cuanto a los tipos de leucemia hay que tener también en cuenta el tipo de glóbulo blanco que se ve afectado:
– Leucemia linfocítica que afecta a las células linfoides (linfocitos), que forman el tejido linfático, que a su vez forma parte del sistema inmunitario.
– Leucemia mielógena: que afecta a las células mieloides y que son aquellas que originan los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las células que producen plaquetas.
Los principales tipos de leucemia que existen son:
– Leucemia linfocítica aguda: es el más frecuente en niños y jóvenes, aunque también puede afectar a adultos a partir de los 30 años.
– Leucemia mielógena aguda: afecta a niños y a adultos, aunque es el tipo más frecuente en adultos.
– Leucemia linfocítica crónica: es la más frecuente en adultos y es posible no necesitar tratamiento durante años.
– Leuemia mielógena crónica: afecta principalmente a los adultos y normalmente no presenta muchos síntomas o ninguno antes de estar en fase en que las células crecen rápido.
– Otros tipos de leucemia: y también hay que mencionar otros tipos de leucemias que son poco frecuentes como la leucemia de células pilosas, los síncromes mielodisplásicos, los trastornos mieloproliferativos.
Estos son algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer leucemia
– Tratamientos oncológicos previos
– Trastornos genéticos por ejemplo, trastornos como el síndrome de Down está asociado a un mayor riesgo de padecer leucemia.
– Exposición a ciertas sustancias químicas: como por ejemplo el beceno, que encontramos en la gasolina o en la industria química.
– Fumar: aumenta el riesgo de padecer leucemia mielógena aguda.
– Antecedentes familiares con leucemia.
Pero en la mayoría de las ocasiones muchas personas que presentan factores de riesgo conocidos no padecen leucemia y aquellas que sufren esta enfermedad no presentan estos factores de riesgo. La prevención siempre es la mejor opción.
¿Cómo detectar esta enfermedad?
Un análisis de sangre rutinario puede ser hacer saltar la alarma para que el médico pueda sospechar de padecer esta patología, incluso antes de que comiencen los síntomas en el paciente. En el caso de que el facultativo lo crea conveniente, este puede hacer tres tipos de exámenes de diagnóstico:
– Exploración física: algunos signos físicos pueden ser palidez por anemia, inflamación de los ganglios linfáticos, el agrandamiento del hígado y el bazo.
– Análisis de sangre: con esta prueba se puede determinar si los niveles de glóbulos rojos, blancos y plaquetas son normales o pueden saltar los indicadores de una posible leucemia.
– Análisis de médula ósea: se puede recurrir a esta prueba para extraer una muestra de la médula ósea del hueso de la cadera y determinar si esta contiene células de leucemia e incluso las pruebas especializadas en células de leucemia pueden ser determinantes para determinar distintas opciones de tratamiento.
En cualquier caso, el médico especialista será quien determine el diagnóstico de esta enfermedad y decidirá cuál es el tratamiento a llevar a cabo.
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