Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en un cereal completo suele ser la avena integral: es un hidrato de absorción lenta, rico en fibra e imprescindible en cualquier despensa fitness. ¿Pero y si te decimos que existe otro aún más completo? Uno cuyo cultivo además resulta más sostenible. Se trata del farro, uno de los primeros cereales básicos de la historia. Ahora ha vuelto a ponerse de moda tras un curioso descubrimiento científico. Y no es para menos, ya que las propiedades del farro superan notablemente a la de otros alimentos de su misma familia.
Este cereal, cuyo sabor recuerda ligeramente a la nuez, era cultivado por los egipcios hace miles de años. También se utilizaba en la antigua Grecia y Roma para elaborar pan. Y ahora estudian recuperarlo para frenar la crisis climática, dado que el farro es capaz de cultivarse sin apenas agua, por eso los científicos están probando si se puede hacer pan con él en lugar de utilizar otros cereales que sí requieren un gasto mayor de los recursos naturales. Y todo apunta a que sí, después de que expertos del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) de Barcelona hayan logrado secuenciar el genoma de un grano de farro.
Propiedades del farro
De todas formas no es necesario esperar a que la ciencia se ponga a experimentar con el farro, puesto que puedes adquirirlo desde ya en tiendas especializadas. Incluso en Amazon se puede comprar paquetes de farro en grano para incluirlo en nuestra dieta. Podemos tomarlo en porridge como si de copos de avena se tratasen, también triturarlo para formar con el una harina y emplearla en repostería saludable e incluso sugieren utilizarlo en sopas, guisos o como sustituto del arroz para cocinar un risotto.
Ahora bien, no perdamos de vista las propiedades del farro, porque es lo que sin duda lo convierte en un cereal de lo más interesante.
– Para empezar, y a pesar de ser un hidrato, también es un alimento rico en proteínas. Contiene unos 15 gramos de proteína por cada 100, aunque la mayoría de ellas son gluten, por lo que no se recomienda a personas con intolerancia.
– También es rico en fibra, de hecho contiene casi el doble que la avena, por lo que se convierte en un alimento más saciante.
– Tiene un índice muy bajo de grasa y las que priman son poliinsaturadas, por lo que no solo es bueno si se busca mantener un peso saludable, también es una propiedad que beneficia a nuestro sistema cardiovascular.
– También es rico en minerales, especialmente en zinc y magnesio, lo que puede ayudar a mantener en buen estado los niveles de tensión.
Y por último, pero no menos importante, el farro es un cereal rico en antioxidantes, especialmente en polifenoles y carotenoides, que protegen nuestras células frente al daño oxidativo y además son antiinflamatorios.
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