“Es el dispositivo de búsqueda más amplio de la historia de la Comunidad de Madrid". Así definió María Paz García Vega, delegada del Gobierno en Madrid, el despliegue que se activó el domingo en la sierra madrileña para intentar dar con Blanca Fernández Ochoa. Hoy se confirma la triste noticia de su fallecimiento tras el hallazgo de su cuerpo en la sierra de Guadarrama.
Un agente de la Guardia Civil fuera de servicio ha sido quien ha encontrado el cadáver de la medallista olímpica en La Peñota, una de las montañas que limitan la Comunidad de Madrid y la provincia de Segovia. La principal hipótesis de la causa de la muerte es que sufrió un accidente de marcha por el monte, a pesar de que sus visitas allí eran frecuentes. Se desconoce también si se trataba de una desaparición voluntaria.
Llevaba desaparecida desde el pasado 23 de agosto. Su hermano Luís encontró el pasado domingo su coche abandonado en Cercedilla (Madrid), la policía continuó investigando en la zona tras el aviso de un vecino, que afirmó haber visto a la deportista poco después del día que se anunció su desaparición. Sus hijos, Olivia y David, siguieron en primera persona los avances en la investigación y esperaban impacientes que la búsqueda tuviera un final feliz.
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La encargada de denunciar a las autoridades la desaparición de Blanca fue su hija, Olivia Fresneda, la primera de los dos hijos que tuvo con David Fresneda, propietario de una escuela de buceo en Cabo de Palos (Murcia) y del que se divorció en 2007 tras un primer fracaso matrimonial con el que fuera su entrenador y director técnico en el equipo nacional, el italiano Danielle Fioretto. La ex esquiadora comunicó a su primogénita, quien se encontraba pasando unos días en Murcia junto a su padre, que se marchaba unos cuatro días a caminar, cosa que hacía en solitario de vez en cuando, y que igual se iba a hacer el camino de Santiago. Así fue cómo cogió su automóvil, un Mercedes clase A, cuya foto ha difundido la familia- el pasado día 23 de agosto y se marchó, pero se dejó el móvil el casa, lo que resultó raro a sus allegados ya que eso no lo solía hacer. Fue esta circunstancia la que llevó a su hija a denunciar la desaparición de su madre ante la Guardia Civil de Las Rozas (Madrid), donde reside Fernández Ochoa. Como su hija se había marchado a Murcia, Blanca Fernández Ochoa estaba pasando unos días en casa de su hermana en Aravaca (Madrid).
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Olivia, de 19 años, es una deportista de élite: es internacional con la selección española de rugby. Blanca no quería que sus hijos se dedicaran al esquí -deporte que hizo famosa a la familia y disciplina en la que también destacó su hermano Paquito, oro en los Juegos Olímpicos de Sapporo 1972 y fallecido en 2006-. Por eso se llevó una sorpresa cuando su hija le comunicó que quería dedicarse en serio al rugby. "Ella me da ejemplo y entiende perfectamente todo por lo que yo paso, mis sentimientos y reacciones. Sabe entenderme muy bien cuando estoy baja emocionalmente", dijo Olivia hace unos meses en Marca, periódico en el que apareció en diferentes ocasiones junto a su madre.
La joven abandonó este lunes el lugar para concentrarse con la selección española de rugby 7 a la que pertenece en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada. Dicha reunión tiene como motivo preparar las World Rugby Seven Series que arrancan el 5 y 6 de octubre en Glendale (Estados Unidos). "A la espera de recibir noticias sobre el paradero de su madre, a quien esperamos y deseamos que se localice lo antes posible y con un desenlace feliz, Olivia sigue y seguirá en contacto directo con su familia, además de con los responsables del operativo de búsqueda de Blanca Fernández Ochoa por si en cualquier momento su colaboración fuera necesaria", anunciaron desde la Federación Española de Rugby.
Blanca y su ex marido, David Fresneda, tuvieron otro hijo, David, de 19 años, quien también se dedica al rugby. Hoy en día, el joven juega en el equipo Ingenieros Industriales de Las Rozas (Madrid). Al igual que su hermana, privatizaron sus redes sociales con el fin de limitar la cantidad de comentarios de gente anónima que han recibido.
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