Natalia Sánchez ha vivido un año muy especial. A principios de 2019 daba la bienvenida a su primera hija, Lía, fruto de su relación con el también actor Marc Clotet. Lía nació de forma prematura, ya que la actriz estaba de 35 semanas cuando dio a luz. Sin embargo, la pequeña está creciendo de forma saludable. Sin embargo, su felicidad parece haberse visto truncada tras sufrir un «pequeño traspiés familiar» durante este verano. Este problema le ha hecho quedarse sin vacaciones, pero asegura que eso es lo de menos: «hemos decidido que era mejor quedarse cerca de lo verdaderamente importante… que no, no era la playa, sino la familia… Cuando lo que de verdad importa se tambalea, todas tus prioridades se colocan como por arte de magia en cuestión de segundos y todo lo “menos importante” pasa a un sencillo segundo plano…».
Pasado el susto, confiesa que lo ocurrido le ha hecho reflexionar: «Ahora que por fin las aguas están más calmadas y que el “traspiés” parece que acabará en un perfecto salto mortal con doble tirabuzón y una perfecta caída “en puntas”(y con un 10 de nota), es decir, que el tiempo devolverá todo a su ser y podremos hablar de ello como una experiencia más«.
Por ello, Natalia aprovecha ahora más que nunca estar con su pequeña, y disfrutar de todo lo que hace. «Estoy aprovechando “muy mucho” para ESTAR con Lia, mirarla ratos interminables, ver cómo amanece, cómo se queda dormida, cómo disfruta de su trozo de pan, cómo se emociona con el agua de la piscina y ver cómo cada día crece a pasos agigantados (o mejor dicho a “gateos” agigantados porque sí, ya gatea…🤦♀️🙆♀️)», continúa escribiendo.
Antes de despedirse y desear un feliz septiembre a sus seguidores, explica que estos meses de verano le han hecho aprender: «Este verano (y este año en general) me está enseñando muy muy en serio de qué va esto de la vida, de las cosas importantes y del presente. Y yo se lo agradezco mucho porque de todo se aprende y todo pasa por algo».
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