Superar una ruptura no es fácil, pero antes o después conseguirás entender cuáles son los múltiples beneficios de estar sola y por qué es esencial que estés un tiempo sola antes de comenzar a conocer a otra persona. Hay un dicho popular que indica que «un clavo saca a otro clavo», pero la realidad es que eso resultaría lo más cómodo, pero no lo más valiente y efectivo. Nos explicamos.
Cuando estamos en pareja, el cerebro se acostumbra al cariño, al afecto y a la compañía y libera una serie de hormonas de manera natural. Cuando sucede una ruptura, aunque seas consciente de que tienes que pasar de página, tu cerebro sigue funcionando tal y como se había acostumbrado, por eso es natural que sientas la necesidad de buscar a otra persona que supla ese «vacío» que ha dejado tu ex pareja, entre otras cosas. Sin embargo, saber que esto ocurre e intentar frenarlo es lo más sensato que uno puede hacer a largo plazo.
La coach Marina Fernandez nos anima: «La metáfora que usaría es que, querer crear una relación inmediatamente después de otra, sería como tratar de cocinar algo exquisito sobre los restos de comida de ayer. Cuando las mujeres cerramos una relación, tenemos claro que, si hay una siguiente, queremos que sea mejor y se desarrolle a otro nivel de amor, de madurez, de compañerismo… Tenemos que saber que no merecemos más de lo mismo, y por eso necesitamos dejarnos un poco de espacio, para descubrir qué es lo que queremos y con qué tipo de persona nos gustaría crearlo. Si no, los restos una relación anterior van a estar contaminando nuestras decisiones de cara a una nueva».
Por otra parte, hoy las redes sociales hacen también mucho daño. Quizás nazca de ti el impulso adicional de, aparte de compartir tiempo con otra persona para suplir a la anterior, publicarlo en redes para que tu ex lo vea. Este es un patrón muy tóxico porque alimenta una necesidad visceral que es todo lo contrario al empoderamiento al que tienes que recurrir para evolucionar. La especialista nos aconseja que tenemos que alejarnos del deseo primario que puede surgir tras una ruptura, ese que nos impulsa a pensar: «quiero que me quieran, quiero gustar». Además, continúa: «Si la persona con la que hemos roto tenía algo que nos gustaba mucho, vamos a buscar eso en la siguiente persona. Y, si esta nueva persona no lo tiene, podríamos estar rechazando a alguien que tendría buen potencial para crear algo bueno con nosotras». Por eso también es bueno dejar atrás a la persona anterior mentalmente para conocer –sin comparar– a una nueva persona.
«También puede suceder que, si no nos damos un espacio a nosotras mismas y estábamos acostumbrados a patrones tóxicos de la otra relación, podemos pensar inconscientemente que así son las relaciones… De una manera u otra, lo de atrás contamina a lo de delante. Si no nos paramos para reflexionar y no nos conocemos en soledad, no sabremos qué queremos». Si es tu caso, intenta recurrir a tu fortaleza para dedicarte tiempo de calidad, hacer actividades que estimulen y despejen tu mente y pasar tiempo con personas que te quieran, como tus amigos o tu familia. Si llega alguien nuevo que te resulta interesante, sabrás que es el momento de comenzar algo sobre una base sólida cuando sientas que has evolucionado y que lo que está atrás es simplemente otra historia que contar.
O quizás llegues a descubrir que con quien mejor estás es contigo misma.
Fecha original del artículo: 2019
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