La poesía está de moda pero… ¿también se lee?

‘Ya no quedan ciudades’, de Defreds; ‘Home Body’, de Rupi Kaur; ‘Adiós al frío’, de Elvira Sastre; ‘La piel en los labios’, de Miguel Gane y ‘I Would Leave Me If I Could’, de la cantante Halsey. En el momento de escribir este reportaje, estos son los cinco títulos más vendidos de poesía en Amazon.

Hablar de poesía ya no es (solo) hablar de Bécquer, Rimbaud, Espronceda, Baudelaire Cernuda o Luis García Montero; es hablar de autores como Elvira Sastre, como Miguel Gane, como Defreds, como Roy Galán. Auténticos ‘influencers’ que arrasan también en las redes sociales.

Si hablamos de Instagram, Sastre, por ejemplo, cuenta con 472.000 seguidores, Galán, con 440.000; Gane, con 374.000. Todos ellos comparten sus textos, que enseguida se hacen virales, que nos aparecen hasta en los grupos de Whatsapp… pero… ¿alguien los lee? ¿La poesía es solo una moda o alguien la está leyendo?

Hemos querido indagar en esta cuestión y lo primero que hemos hecho es ponernos en contacto con la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), que sí nos confirman que existe una tendencia de crecimiento en las ventas desde 2016. La facturación en 2019 fue de 7,28 millones de euros, con un incremento del 1,4% con respecto a 2018, aunque en los estudios que poseen, poesía y teatro van juntos.

Los títulos también han aumentado en los últimos tiempos, según la FGEE: 667 títulos en 2016; 679 títulos en 2017; 686 títulos en 2018; y 703 títulos en 2019. En cuanto al ‘Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros de 2019’, un 1,2% de los lectores aseguraba que el último libro que había leído era de poesía.

También hemos recabado la opinión de diversos poetas y editores y esto es lo que nos han dicho. ¿La poesía es solo una moda para compartir versos en redes sociales o también se lee?

Los poetas hablan

Miguel Gane, el poeta best-seller

Para Gane, bestseller con ‘La piel en los labios’, el alcance de las redes sociales ha sido determinante: «A través del lenguaje propio de una generación, la poesía se ha hecho hueco, primero en las pantallas y después en las estanterías de lectores de todo el mundo». Y esto ha generado una identificación, porque el lector, señala, entiende la poesía que lee, «se siente comprendido y acompañado. Nunca he sentido que el movimiento haya sido fruto del postureo. En el postureo no hay belleza y en la poesía sí», dice.

Asegura Gane que no escribe pensando en las redes, solo en «aclarar mi cabeza o soltar lo que llevo dentro. Muchos de los poemas que se han vuelto virales me han cogido por sorpresa. [Si lo hiciera así] perdería la esencia de la poesía», apunta.

No cree que la poesía sea un género de escritores jóvenes: «La poesía no tiene edad. Ni para escribirse ni para publicarse», señala contundente, aunque reconoce que «fruto de la imposibilidad del sistema para hacer de la poesía un género mayoritario, a medio y largo plazo, se termina necesitando de la novela para comer y de la poesía para respirar».

Alberto García-Teresa, el poeta crítico

El madrileño Alberto García-Teresa es poeta y especialista en crítica poética, literaria y teatral y lamenta la comercialidad de la fórmula actual: «La poesía comercial es una propuesta del mercado; concebida para contentar al mayor número de consumidores. Esto supone construir poemas que no cuestionen nada, amoldados a los valores dominantes: individualistas, patriarcales y jerárquicos».

Como Gane, García Teresa afirma que tampoco escribe pensando en las redes sociales ni considera que la poesía sea exclusiva de la juventud, sino «una manera de mirar atenta y penetrantemente tanto a la realidad como a nosotros mismos, y también una forma de respirar más pausada y más consciente».

Hay una pregunta clave y es si la gente escoge la poesía porque es más fácil, corta y en ciertos casos, una suerte de ‘fast book’. El madrileño apunta que «no creo que podamos hablar en términos de facilidad. Nos han enseñado en el colegio a leer poesía como si fuera una ouija: tratamos de adivinar qué es lo que quiso decir Machado con su olmo. En vez de eso, debemos leer poemas como un estímulo, como un punto de partida».

Finalmente, García-Teresa considera que el confinamiento ha servido para que el público buscara una «lectura de calidad (comprensiva y proyectiva) necesita, y la gente ha acudido a los libros con la posibilidad de poder adentrarse para disfrutarlos como debe hacerse: lentamente».

Dani Rivera, el poeta que aprendió a escribir leyendo

En opinión del autor de ‘Inevitable’ (Oberon), la poesía está de mpda porque encaja tanto «para la gente acostumbrada a leer y para quien siempre ha dado pereza coger un libro. Es muy rápida de leer, es autoconclusiva y se ha simplificado mucho el mensaje, lo que le hace más atractiva», explica.

Para él la influencia de las redes sociales sí son importantes e incluso cambia el formato de los versos: «en Instagram y Twitter buscas el punch line, algo rápido y directo, que sea corto pero que el lector vaya a comprender y a empatizar tanto que busque compartirlo. En otras, como YouTube, buscas todo lo contrario: una introducción y un nudo que te lleven a un desenlace potente, de esos que te cortan la respiración».

Señala como su gran maestro a Karmelo Iribarren (61 años), y con este ejemplo explica que la poesía no es de jóvenes y la novela de mayores: «son disciplinas distintas que requieren algo totalmente contrapuesto: la poesía es la síntesis, contarlo todo mejor si es en un verso que en dos; mientras que la novela es descripción, es ir al detalle».

Irene Jotadé, la poeta de YouTube

35.000 seguidores en Instagram, 350.000 suscriptores en YouTube… Irene Jotadé no puede ocultar que lo suyo son las redes sociales. Aunque tiene claro que lo primero es hacer versos de calidad y que la recepción en internet no debe presionar: «A la primera persona que ha de gustarte lo que haces es a ti y si además le gusta a la gente mejor y si no, no pasa nada. Hay gente maravillosa que escribe increíble y que no tiene seguidores o no ha publicado libros por diferentes motivos y siguen siendo geniales.

Piensa que si la poesía está de moda puede ser porque a la gente le gusta seguirlas y, porque, aunque empieza como postureo «al final siempre hay algo más y termina enganchando. Son textos fáciles de leer y que hacen que muchos se sientan identificados con ellos en algún momento de su vida».

Sin embargo, Irene Jotadé sí cree que el género poético está más encaminado a los jóvenes que aún se están formando: «es un género muy maleable, sencillo (que no básico) y es rápido también. Después, esa ‘facilidad’ se te va quedado corta o te va sabiendo a poco y es cuando muchos escritores quieren ir más allá a algún género un tanto más complicado», algo que ella se plantea, dar un salto adelante hacia la novela.

Roy Galán, el poeta mediático

‘Haz que no parezca amor’, ‘Irrepetible’, ‘Fuerte’… Roy Galán es uno de los grandes poetas y activistas de los últimos años. En su opinión, la poesía se ha popularizado dentro de un proceso de democratización provocado por el acceso a internet: «No creo que sea por postureo, ya que ahora con la facilidad que existe para elegir qué leer y dónde, la gente está en el lugar que quiere estar leyendo lo que quiere leer y si no se van».

Galán advierte de que esta moda no invade a la poesía ‘clásica’: lo que está viéndose por todos lados es «otra forma de comunicación igual de válida y respetable pero que no es poesía. La poesía es otra cosa y todo puede y debe convivir a la vez».

Galán, cuyos textos se hacen virales al minuto, explica que las redes sociales son su propio altavoz: «Los escribo en mis redes sociales y sé que se pueden difundir y compartir. Lo que no hago nunca es escribir para que algo se comparta porque eso sería traicionar algo, un lugar en el que soy y me siento muy libre, como es el de la escritura».

El poeta tinerfeño no ve una diferencia de edad en cuanto a los géneros literarios, pero sí considera que hay autores que escriben muy bien la novela, pero que no podrían con la poesía, y al revés. «El poema contiene las palabras precisas y perfectas después de haber sido decantadas de la realidad. Creo que para eso se necesita tener un talento especial que no todo el mundo tiene», concluye.

Los editores hablan

Jesús García Sánchez, editor de Visor

Visor Libros lleva más de 40 años editando poesía y en su catálogo figura el nombre de Elvira Sastre. El editor de Visor, Jesús García Sánchez, es una leyenda de la industria de las últimas décadas, y desde su experiencia apunta que la poesía siempre ha tenido unas ventas estables: «Los lectores de poesía son fieles y no se dejan llevar por modas fácilmente. Además son mejores lectores, más exigentes y ajenos a las modas y a las imposiciones de los mercados». Si ahora la poesía está de moda, cree que ha sido por «la oportunidad que han ofrecido distintos bares para sus lecturas y la facilidad de las redes sociales para compartir. Y sin olvidar que una buena cantidad de ellos se acompañaban de sus músicas», subraya.

García Sánchez se aleja de cualquier comparación entre poetas jóvenes y clásicos. Considera que los poetas de las redes «están desvaneciéndose en su mayoría, y solo permanecen los que de verdad merecen la pena, los que tienen algo que decir, fuera de las sensiblerías y simplezas juveniles que se les ocurría», asegura sin reparos. Los clásicos siguen vendiendo lo mismo que antes porque «los públicos de unos y de otros son diferentes. El lector de siempre apenas ha entrado en ese mercado. Lo que se espera es que los lectores de estos poetas jóvenes continúen la costumbre y se habitúen a leer poesía».

Finalmente, ¿qué debe tener un libro para ser editado por Visor Poesía? «Su calidad», explica el editor orgulloso. Han huido de ofertas «para incluir a bastantes de estos súper ventas en nuestro catálogo, pero no lo hemos creído conveniente por respeto a la tradición de 50 años editando, y sobre todo por nuestros lectores. Quiero dejar claro que en la nómina de los poetas jóvenes hay algunos muy buenos poetas, no todo es en ellos literatura barata», concluye.

Manuel Borrás, director editorial de Pre-Textos

Hasta hace poco, la editorial encargada de publicar a Louise Glück, Premio Nobel de Literatura 2020 era Pre-Textos. Su director, Manuel Borrás, apunta que es un género con más lectores de los que creemos. «Hay por fortuna poetas coetáneos nuestros que se leen y se leen mucho, y eso hay siempre que celebrarlo», señala.

Y la gente, qué prefiere… ¿aferrarse al clásico o al joven? Según Borrás, «el autor joven por regla general no es tan leído como un clásico. A nuestra sociedad todavía le falta generosidad para que eso sea una realidad». No es autora clásica, pero el Nobel ‘endiosó’ de alguna manera a Glück: «Vendimos en un cuarto de hora después de hacerse público el Nobel a Louise Glück lo que no logramos vender en trece años de lealtad editora. Nada de postureo. Lo lamentable es que para que se lea a una gran poeta se le tenga que distinguir con un premio, eso es lo triste».

A la hora de publicar un libro, se fija en buscar la autenticidad de los autores porque, asegura, «la poesía no está de moda ni lo estará nunca. La virtud intrínseca de toda moda es que pasa pronto de moda. La poesía, en cambio, la auténtica poesía, jamás pasa de moda porque posee como virtud intrínseca anular el tiempo y hacer mejores ciudadanos».

Juanmi Asensio, editor de Oberon

Para Asensio, las redes sociales han actuado en un frente bueno y uno malo: «Ha aparecido toda una nueva generación sensibilizada con una suerte de nueva poesía experiencial surgida del entorno digital, pero […] hay un componente de postureo en todo». La viralización del género en redes vendría de que «una forma de comunicación con pretensión de estilo mucho más fácil que la narrativa y más ‘compartible’ en redes sociales».

En opinion del editor de Oberon, no prima el autor joven o el clásico: «Las recomendaciones escolares, por el número de alumnos que hay en el país, se venden muy bien y de una manera sostenida, mientras que la venta de los libros de los autores jóvenes tiene que ver más con el impulso, pero, por sobre todo, por los seguidores del poeta».

Juanmi Asensio tiene claro qué debe tener un libro de poesía para ser publicado: «Que sea fresco, que el poeta tenga una visión personal del mundo y, por supuesto, que sea vendible».

Josune García, Directora Editorial de Ediciones Cátedra

Cátedra es una de las grandes editoriales de poesía de este país; lleva casi 50 años con el género y Josune García, su directora editorial, defiende que han vendido desde antes de que existiera el neologismo ‘postureo’: «Lectores de poesía ha habido siempre y aficionados al postureo, también». Para ella, la moda actual por la poesía puede venir «porque las redes sociales han dado rienda suelta al poeta que todos llevamos dentro… aunque no todo lo que se llame poesía lo sea» .

En el caso de Cátedra, sus best-sellers son los que forman parte del canon literario, entran dentro del currículum académico o son lectura de prescripción en la enseñanza. «Pueden ser autores antiguos o contemporáneos, desde los inicios de la poesía en China o la antigüedad grecolatina al siglo XX e incluso XXI. Son ediciones con introducción y notas que en la mayoría de los casos se ofrecen en versión bilingüe», apunta.

Valeria Ciompi, directora de Alianza

El catálogo de Alianza en poesía también es muy potente y es Valeria Ciompi la encargada en última instancia de supervisarlo. Ciompi explica que la poesía vende, pero no toda ella. Los que mantienen el ritmo de venta son los «clásicos de prescripción académica (como Lorca), los autores que nunca han perdido la conexión con lectores de todas las edades (como Neruda) y ahora asistimos a la irrupción, con características propias, de jóvenes ‘versificadores’ apoyados en su notoriedad de redes sociales».

En esta moda, Valeria Ciompi se pregunta: «¿Habrán influido twitter y sus 240 caracteres en la necesidad de mensajes breves, intensos, que disparen directo al corazón o al cerebro del lector con su capacidad de suscitar emociones o de evocar pensamientos e imágenes? No sería de extrañar. Aunque la ñoñería y el sentimentalismo fácil están al acecho… Pero en cualquier caso, la revitalización del género y de la palabra poética es una buena noticia».

El catálogo de Alianza es casi ‘a prueba de bomba’, porque como ella misma explica con humor, «solo publicamos a autores que ya no están en este mundo». Y no se refiere a fallecidos, sino a quienes «tengan un sólido recorrido y una obra que sabemos que permanecerá o debería permanecer», explica. Alianza por ahora no publica a jóvenes pero, en opinión de Ciampi, «todo lo que contribuya a despertar curiosidad y afición en nuevas generaciones de lectores, bienvenido sea».

Viviana Paletta, editora de Espasa

Paletta es editora en otro de los ‘peso pesados’ de las editoriales españolas, Espasa, y afirma con determinación que «la poesía vende como cualquier otro género, hay creadores que alcanzan grandes ventas, otros medianas y muchos mínimas, da igual que sean grandes poetas o instagramers o multipremiados». Recuerda un fenómeno interesante y es que el auge de los poetas en redes ha modificado «el circuito habitual de difusión de una obra: en muchos casos, hoy se tiene primero lectores y luego se llega, o no, a la publicación».

Sí reconoce que hay autores jóvenes que venden más que los clásicos porque «las redes se han transformado en el gran escaparate de nuevas propuestas y escrituras, de circulación libre, un fenómeno que ha alcanzado de lleno a las nuevas generaciones», lo que no quita para que haya un remanente de obras que se seguirán vendiendo siempre: Lorca, Pizarnik, Parra, Rimbaud, Celan, Plath o Bishop.

Finalmente, no identifica criterios distintos para publicar un libro de poesía o de otro género: tienen en cuenta «calidad, ocasión, la novedad de una voz nueva o la madurez de una estética afianzada, el perfil de los autores, etc».



Vía: ELLE ES

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