QUÉ HA PASADO
• Los sirvientes dan una copia del camafeo a Jacques.
• Laura visita a su hermana y le dice que irán a Alemania.
• Ildefonso revela a Camino que es estéril por la guerra.
Anabel no está nada contenta con la decisión de su padre de contratar a Soledad como su sirvienta. La recién llegada al barrio es de armas tomar y ese carácter tan fuerte no gusta ni a su señora, ni a sus compañeros de trabajo. Cuando se presenta ante ellos en el altillo, estos se dan cuenta de que posiblemente no harán buenas migas con la joven.
Ajeno a los problemas de su hija con la nueva empleada, Marcos organiza una salida con Felicia. “He pensado que podríamos pasar un rato juntos y conversar sobre nosotros”, le propone. Sin embargo, ella rechaza su oferta, pues prefiere quedarse en el restaurante trabajando y que sea Camino quien disfrute de una noche libre.
La chica, que escucha la conversación mientras recoge algunos objetos del local, le dice que no se preocupe: “Yo me quedaré atendiendo a los comensales, ustedes váyanse y pasen una buena velada”. Su madre le agradece el ofrecimiento y la pareja se marcha feliz.
Por otro lado, Felipe está destrozado desde que el juez declaró a Genoveva inocente del asesinato de Marcia. La angustia por no lograr la justicia que su amada merecía le corroe y descarga toda su furia contra Velasco, al que culpa de haber perdido el juicio.
La prensa capta el momento de la agresión, lo que perjudica aún más la opinión pública del abogado. Ni siquiera el bueno de Liberto consigue sacar a su amigo del pozo en el que ha comenzado a hundirse.
Quienes tampoco están en su mejor momento son los integrantes de la familia Palacios. A partir de que Ramón y Antoñito descubrieran que serían rivales políticos en las próximas elecciones, la tirantez entre ambos ha aumentado.
También entre sus respectivas esposas, Carmen y Lolita. Esta última deposita muchas esperanzas en su marido, no obstante, cuando escucha su soporífero discurso, le entran serias dudas sobre su futuro diplomático y no tiene más remedio que confesárselo.
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