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Si comparamos la maternidad como viajar a otro planeta, entonces el parto es el portal que se abre bajo tus pies y te transporta a esa nueva dimensión. Acabas en el otro lado siendo, en teoría, la misma persona, pero con la sospecha de que cada parte de tu cuerpo ha sido recolocada y que nada será igual que antes. También puedes tener la sensación de que nadie te avisó de que esto podía ocurrir.
Bekki Pope, acababa de ser madre y es autora del blog Mummy Mumbles, y decidió comentar esas sensaciones en un post en Facebook. Lo tituló «20 cosas que aprendes cuando das a luz a un bebé», que se hizo viral desde que la publicó el 24 de agosto de 2016 y cuyas afirmaciones que expone en el post siguen siendo tan ciertas como entonces. La publicación tiene más de 157.000 «Me gusta», se ha compartido más de 111.000 veces y lleva más de 106.000 comentarios.
Pero ¿por qué se ha hecho tan famoso?
Pope comienza analizando los dolores que aparecen tras el parto. «Después de los dolores más dolores. Después ¿quién sabe? Cuando Dios pensó en las mujeres para dar a luz nos fastidió pero bien», escribe Pope.
También enumera algunos de los cambios y de las sensaciones que las mujeres experimentan cuando sus cuerpos tienen que retomar sus funciones normales después de que todos los órganos se hayan recolocado en su sitio. Muchos de estos cambios son emocionales, pero también son físicos, como por ejemplo los problemas en el pecho de la mujer lactante o la hinchazón de pies postparto.
Tomemos, por ejemplo, la primera vez que vas a orinar después del parto. Tendrás la sensación de quemazón. Afortunadamente, Pope tiene un gran consejo: «Coge una jarra y colócala entre tus piernas como si estuvieras tratando de emular a una estrella del porno. Te ayudará». Aparte de este truco tan eficaz, te damos más recomendaciones sobre cómo aliviar las molestias vaginales.
A continuación, la bloguera pasa a discutir la cruda realidad que supone cuidar de un recién nacido y cómo es totalmente diferente a lo que los anuncios de pañales nos hacen creer. «Tu bebé tiene un aspecto raro… muy raro», escribe. Todos te dirán «Oh qué lindo / qué bebé tan guapo», etc,pero a ti te parecerá un abuelo viejo y calvo con una cara arrugada». Y no lo olvides: «Tu bebé te odia», escribe. «No llora. Se comunica con su amo, el demonio, y hablan de cómo va el plan que han urdido para acabar contigo». Esta situación puede ser algo frustrante y generarte estrés, por lo que es muy importante que también te dediques tiempo a ti misma y sepas algunas pautas para controlar la ansiedad.
Después aborda la experienciade la estancia en el hospital. Después de hacer algunas excelentes consideraciones sobre las visitas («todo el mundo quiere venir a verte a ti y al bebé») y la comida («los melocotones son partes del cuerpo rebozadas en azúcar»), aporta información muy valiosa para las nuevas mamás: «Los del hospital quieren que te vayas a casa lo antes posible. Estás ocupando una cama y, ahora que ya has dado a luz ese paquete humano apestoso y han comprobado que no se trata de la personificación de un cuadro de Picasso, consideran que ya puedes irte. No lo hagas. Por lo menos hasta que estés preparada. Pide toda la ayuda y el asesoramiento que necesites antes de irte», escribe. «Porque una vez que estés en casa, tu bebé espera que sepas lo que estás haciendo y tú desearás haber estado más tiempo en el hospital. Aunque solo sea para retrasar el fiasco de la sillita para el coche un poco más».
Afortunadamente, cada vez hay más voces de mujeres que se atreven a hablar del postparto sin tabúes. Es el claro ejemplo de Laura Escanes, quien hizo una reflexión sobre el postparto, o María Pombo, que habla del cansancio y los miedos tras dar a luz.
El post acaba con algunas palabras que te pueden servir de inspiración. «No hay nada que no puedas hacer. Excepto dormir. Olvídate de eso».
Este es su post y encontrarás la traducción debajo.
20 cosas que debes saber cuando acabas de dar a luz a un bebé:
1. Después de los dolores del parto, más dolores. Después ¿quién sabe? Cuando Dios concibió a las mujeres para dar a luz nos fastidió bien…
2. La primera vez que haces pis. Coge una jarra y colócala entre tus piernas como si estuvieras tratando de emular una escena de una estrella del porno. Te ayudará con el escozor.
3. Tu primera caca. No te asustes, no estás dando a luz otra vez, aunque lo parezca. Acuérdate del tamaño de lo que ha salido por delante y lo que va a salir por detrás te parecerá poca cosa. Tu trasero no se está rompiendo… o puede que sí, si tienes hemorroides, y probablemente las tendrás…
Muchas mujeres tienen este problema tras dar a luz y no debe ser nada de lo que avergonzarse. Por ejemplo, la influencer Laura Escanes tuvo hemorroides tras el parto y tuvieron que operarla.
4. Tu bebé tiene un aspecto raro… muy raro. Todos te dirán «Oh qué lindo / qué bebé tan guapo», etc.,pero a ti te parece un abuelo viejo y calvo con una cara arrugada.
5. Sus genitales son ridículos. Te preocupará el impacto que pueda tener esto en su vida si se quedaran así. Los testículos de un bebé son de un tamaño considerable, pero su pito es del tamaño de un guisante. Al parecer, esta ‘hinchazón’ desaparece pronto. Si no es así, no te sorprenda que el apodo de tu hijo en el colegio sea «huevón».
6. Su primera caca en realidad no es caca. Es como si fuera alquitrán. Las matronas se lo meten por la noche, llenan el pañal de tu bebé con melaza para comprobar que sabes deshacerte de ella o para ver si decides echarle un vistazo y empezar a buscar en Google ‘¿por qué los pañales vienen ya de fábrica con «Nocilla»?’
7.Tu primera ducha será como una escena de Carrie. Es normal. Puede que tengas la sensación de que nunca será como antes y que caminarás como John Wayne el resto de tus días y puede que sea así, pero la ducha lavará tus «pecados». (Si es que el bebé nació fuera del matrimonio….)
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8. A las matronas les encantan los bebés. Vendrán y recogerán el tuyo sin previo aviso. Estrujarán sus testículos, le darán un masaje en su tripita para hacer que haga caca y toquetearán su carita hasta que parezca que le han pinchado botox cuando te lo devuelvan.
9. Tu bebé te odia. No llora. Se comunica con su amo, el demonio, y hablan de cómo va el plan que han urdido para acabar contigo. Fuera de bromas, en realidad no te odia. Puede parecer que nunca llora cuando alguien lo coge o que disfruta haciendo que estés despierta toda la noche, pero en realidad es que depende totalmente de ti. Los bebés humanos son así.
Tranquila, ya sea tranquilo o nervioso: te damos las claves para tratar al recién nacido en cada caso.
10. La idea de una persona pequeñita chupando tus pezones de repente se convierte en una realidad. En este momento, empezarás a sentirte como una verdadera madre. Y como una vaca.
11.Hay gente en el hospital que puede oler tu vulnerabilidad. Harán fotos de tu bebé en las que aparecerá precioso y luego tratarán de cobrarte una pasta por ello. Te enseñarán las 50 fotos que han tomado del bebé en la misma posición, pidiéndote que elijas las que más te gustan. Y si tienes una pareja como la mía, eso significa que tendrás que volver a hipotecar la casa…
12. La comida del hospital es tan mala que la gente prefiere quedarse en casa cuando enferman que comer los ‘melocotones y natillas’ del hospital. Las natillas están hechas de pis caliente al que echan un chorrito de leche materna y los melocotones son partes del cuerpo que han sido rebozadas en azúcar. Y no te comas la mousse de chocolate. Sencillamente no lo hagas.
13. Se tira pedos. Eructa. Tiene hipo. Hace ruidos extraños mientras duerme que te hacen pensar que te vas a despertar y vas a ver a Chucky con la cabeza dando vueltas riéndose de forma siniestra. Una espera que la gente se dé cuenta que es el bebé y no una misma. Aunque si fueras tú la que se está tirando un PEDO no lo sabrías. El músculo que controla los músculos del esfínter en estos momentos lo tienes fuera de servicio.
14. Todos querrán venir a verte al hospital. La gente se sobreexcita al visitar hospitales. Se sienten VIPs cuando entran en una habitación, pero la verdadera VIP eres tú, porque te duele todo, te sientes como si te fueras a morir y necesitas todo tipo de atenciones. Así que deja que vengan sólo las visitas que estén a la altura. Además estarás tan sedada que mantener una conversación será como tratar de tamizar harina con una red de pescar. No podrás retener nada de lo que te dicen, ni articular palabra de forma coherente.
15. Tu tripa se asemeja ahora a un globo que está, poco a poco, desinflándose, por lo que te encontrarás mal. Si lo presionas, inmediatamente llegarás a la conclusión de que sería un trampolín fantástico para Stuart Little. O que si se lo cortaras en rodajas, el personal de cocina del hospital lo utilizaría y lo pondría en el menú como mermelada de nectarina…
A veces es frustrante ver cómo hay famosas que salen del hospital luciendo tipazo, como si no hubieran estado embarazadas. Ese ideal y ejemplo falso crea falsas expectativas y a veces cuando nos enfrentamos a la verdadera tripa postparto no sentimos inseguras y apenas nos miramos al espejo. Gracias a las redes sociales, cada vez son más las famosas que muestran la verdadera tripa postparto, como hizo en su día Jessica Bueno.
16. Querrán que tomes anticonceptivos ya. Un sinfín de matronas vendrán a hablar contigo para decirte lo fértil que eres y lo probable que será que vuelvas a quedarte embarazada. No obstante olvidan una cosa muy importante: no vas a tener relaciones sexuales nunca más. No volverás a querer ver un pene de nuevo. Y si uno se te acerca, lo más probable es que quieras acabar con él por el bien de las mujeres del mundo. Fin.
17. Todo te enfada. Tu cerebro está enfadado, sus ojos están molestos, su estómago, la vejiga, el culo. Tu vagina no está enfadada. Está en carne viva. Dale tiempo para que se calme, porque en estos momentos ella y tú no sois muy amigas…
18. La gente te pregunta si te ha subido ya la leche, mientras tú esperas que alguien vestidocon un uniforme de una fábrica de leche asome por la puerta y se quede contigo para siempre, suministrándote leche a medida que tu bebé la necesite. No es cierto. Lo que realmente ocurre es que, durante de 3 días, tus pechos comienzan a gotear como si hubieran olvidado lo que son y se creyeran aspersores de jardín. Un jardín que, al ritmo al que empiezan a gotear, debe ser el de la Reina …
19. Los del hospital quieren que te vayas a casa lo antes posible. Estás ocupando una cama y, ahora que has dado a luz ese paquete humano apestoso y han comprobado que no se trata de la personificación de un cuadro de Picasso, ya puedes irte. No lo hagas. Por lo menos hasta que estés preparada. Pide toda la ayuda y el asesoramiento que necesites antes de irte, porque una vez que estés en casa, tu bebé espera que sepas lo que estás haciendo y desearás haber estado más tiempo en el hospital. Aunque sólo sea para retrasar un poco más el fiasco de la sillita para el coche.
20. Deja de preocuparte. No eres una súper mujer. No hay cosa que sea más normal y no hay nada que sea perfecto. Nadie te va a juzgar. Todos confían en ti y saben que eres lo suficientemente responsable como para saber que un ser humano no es un pedazo de tarta y cada día todo será más fácil. Respira mamá.
Simplemente has dado a luz un mini-Mitchell. No hay nada que no puedas hacer…
Excepto dormir. Olvídate de eso.
Sin duda, este post está lleno de buenos consejos, simpatía y una buena dosis de humor. La medicina perfecta para una nueva mamá. ¿A ti te pasaron todas esas cosas? ¿Tuviste las mismas sensaciones o te suena a «chino» lo que esta madre cuenta?
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