Este miércoles 20 de enero se cumplen 50 años de la boda que revolucionó al país: la del cantante Julio Iglesias con Isabel Preysler, celebrada en Illescas (Toledo). La pareja más icónica de España se había conocido solo ocho meses antes de su enlace gracias a tres hombres que, en mayor o menor medida, influyeron en el romance. Desde entonces sus nombres también forman parte de la inolvidable historia de este extinto pero a la vez legendario matrimonio.
La primera vez que el artista y la socialite coincidieron juntos fue en una fiesta en honor a la bailaora Manuela Vargas organizada por su buen amigo Juan Olmedilla, el primero de nuestros protagonistas. Olmedilla era un importante ejecutivo de Madrid y el perejil de todas las fiestas en aquellos años. Isabel llevaba unos meses instalada en la casa que sus tíos, Tessy y Miguel Pérez Rubio, tenían en el paseo de la Castellana. Sus padres la habían mandado desde Filipinas a España con el objetivo de alejarla de su primer novio, Juni Kalaw, 15 años mayor que ella. Por su parte, Julio ya era un cantante conocido que, en aquel entonces, salía con la actriz británica Jean Harrington, con la que había coincidido en el rodaje de la película La vida sigue igual. Convertido en un hombre de mundo, acababa de aterrizar procedente de Londres y, aunque estaba muy cansado, finalmente se animó a aceptar la invitación de Olmedilla. El cantante sabía que era beneficioso para su carrera dejarse ver en sociedad y relacionarse con gente poderosa.
Cuando llegó a la casa de su amigo se encontró con todo Madrid: Carmen Martínez-Bordiú, Cari Lapique, Mariluz Barreiros o Chichina Salas, hija del que fuera director del Museo del Prado. Pero Julio solo tuvo ojos para la más exótica de todas las invitadas.
–Oye, Juanito, ¿quién es esa chavala tan espectacular?
–Isabel Preysler. Es filipina y está estudiando en las Irlandesas.
–¿Por qué no me la presentas?
–Espera un momento que voy a decirle al criado que ponga más bebidas. Ahora mismo vuelvo y os presento. De todas formas te aviso, tiene fama de "estrecha".
Para cuando el anfitrión regresó con el objetivo de presentarle a Preysler, esta ya se había marchado con su amiga Marta Oswald según reproduce la periodista Paloma Barrientos en su libro Isabel Preysler, reina de corazones, la primera biografía de la filipina, cuyo prólogo firmó Paco Umbral.
Unos días más tarde, Isabel recibió la llamada de un buen amigo de Julio, el relaciones públicas Julio Ayesa, uno de los organizadores mejor conectados de la noche madrileña y el segundo hombre clave en la épica amorosa de Preysler e Iglesias. Amigo de Pat y Eunice Kennedy, hermanas de John F. Kennedy, o de los Rothschild ha llevado a cabo algunas de las mejores fiestas del país, como la inauguración de Puerto Banús hace también 50 años.
“Yo fui el responsable de que se conocieran”, asegura Ayesa por teléfono. Este navarro, íntimo también de Pitita Ridruejo, se convirtió en un buen amigo de Iglesias desde que se se lo presentara el representante del artista por entonces, Enrique Herreros.Ayesa, que ya sabía del interés de Julio Iglesias en ella, urdió el plan perfecto. Habían pasado 15 días de esa primera coincidencia. Llamó a Isabel y la animó a que asistiera a la fiesta que Tomás Terry ofrecía en Casa de Campo. Por su parte Juan Olmedilla telefoneó a Julio para contarle que aquella noche estaría la chica filipina. Julio Iglesias deshizo todos los planes y dejó plantada a su novia de entonces, Jean Harrington. “Como sea una gracia de Olmedilla y de Ayesa, los mato”, dijo Julio, según Paloma Barrientos. Pero no lo era. Allí, Julio Iglesias logró finalmente conocer a Isabel Preysler.
La fiesta la organizaba Tomás Terry, el tercero de los implicados en que Julio e Isabel coincidieran. Este empresario de El puerto de Santa María es hijo del famoso bodeguero Fernando Terry. A pesar de que desde niño tuvo problemas para andar, siendo joven dio la vuelta al mundo y se convirtió en un relaciones públicas al más alto nivel. Sus contactos: desde el príncipe Carlos de Inglaterra a Naty Abascal.
Aquel día de 1970, Tomás, ex marido de Pilar González de Gregorio, hija de la duquesa de Medina Sidonia, celebraba que su caballo, Descarado II, había ganado el premio de campeón nacional de pura raza española. Al evento, que tuvo lugar en la Casa de Campo, acudieron el marqués de Cubas, Paco de Lucía, Camarón y Lola Flores, quien al final del evento se animó a cantar. Julio Iglesias también lo hizo y deleitó a todos con Gwendolyne.
Tras la velada, Julio acompañó a Isabel a casa. Tres semanas después, volvieron a verse en un concierto de Juan Pardo. Así, entre encuentro y encuentro, pasaron ocho meses hasta que Isabel, ya embarazada de su primera hija, Chábeli, se casó con el cantante en Illescas (Toledo) en una iglesias abarrotada de prensa. Los fotógrafos se subían a los bancos para tener mejor ángulo y los novios tuvieron que repetir el “sí quiero” porque no había quedado registrado. De aquello han pasado ya 50 años.
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