Harvey Weinstein escribió en un correo electrónico que alguien debería matar a Jennifer Aniston

A finales del mes de febrero se hizo pública la sentencia que condenaba al productor de cine Harvey Weinstein a 29 años de cárcel por un delito sexual de sexo oral forzado a la ayudante de producción Mimi Haleyi y de violación sin consentimiento expreso a la actriz Jessica Mann. Tras un largo proceso que ha durado más de dos meses se conocía la sentencia y ahora la revista estadounidense Variety ha tenido acceso a algunos de los documentos que han formado parte del juicio.

Uno de ellos revela que Harvey Weinstein arremetió duramente contra Jennifer Aniston cuando su representante, Sallie Hofmeister, le contó que un periodista de The National Enquirer se había puesto en contacto con ella para recabar información para un reportaje en el que estaba trabajando y en el que acusaba a Weinstein de abusar sexualmente de Jennife Aniston. «Alguien debería matar a Jennifer Aniston», le contestó el productor en un correo electrónico fechado en octubre de 2017.

La información de The National Enquirer nunca llegó a publicarse y tras conocerse esta frase de Weinstein, el representante de Jennifer Aniston ha afirmado que «Jennifer nunca ha sido atacada por Harvey Weinstein. Nunca ha estado lo suficientemente cerca de ella».

La única vez que Aniston se sintió intimidada por él fue cuando rodó Sin control, de la que Weinstein era productor. En declaraciones a Variety, Aniston contó: «Recuerdo que, justo cuando [su ex esposa] Georgina Chapman comenzaba con Marchesa, vino a visitarme a Londres mientras estábamos filmando. Él me dijo: ‘Me gustaría que usaras uno de sus vestidos para el estreno’. Miré sus diseños pero en ese momento no era lo que es hoy. No era para mi’. Me dijo: ‘Tienes que ponerte el vestido’. Ese fue mi único acoso. Y yo dije: ‘No, no usaré el vestido’. ¿Qué iba a hacer? ¿Venir aquí y obligarme a que me lo pusiera?».

Los documentos a los que ha tenido acceso Variety también revelan que el productor pidió ayuda a personas influyentes como Jeff Bezos, dueño de Amazon, y Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York, para evitar que le despidieran de la productora que él había cofundado cuando surgió el escándalo del #MeToo.

En los correos que les escribió argumentaba que muchas de las acusaciones por abuso eran falsas y pedía que le dieran una segunda oportunidad y le permitieran ir a terapia, aunque Weinstein apenas recibió respuestas a sus peticiones.




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