Gillian Anderson: La familia real británica pensaba que Margaret Thatcher era vulgar

Durante las tres primeras temporadas de The Crown, la reina Isabel II no hubo personajes con quien el público pudiera establecer una comparación, pero en la cuarta temporada de la serie, que se estrena este 15 de noviembre en Netflix, aparece un delicioso personaje: la primera ministra Margaret Thatcher, interpretada por Gillian Anderson. Como explica a Vanity Fair Peter Morgan, creador de la serie, Thatcher es el contrapunto perfecto para la figura de la reina.

"Cuando me enteré de que habían nacido con solo seis meses de diferencia, fue un gran descubrimiento para mí", dijo Morgan sobre las mujeres, quienes ejercían un tremendo poder en un momento en el que el mundo no estaba necesariamente acostumbrado a que las féminas mandaran. “Son como gemelas, aunque no son idénticas… Ambas son muy resistentes, muy comprometidas, trabajan increíblemente duro y tienen un extraordinario sentido del deber. Las dos están realmente comprometidas con el país y tienen una fuerte fe cristiana. Ambas son chicas de la generación de la guerra que apagan las luces cuando salen de una habitación. Pero luego se ve que tenían ideas muy distintas sobre cómo dirigir el país ".

El papel en sí era complicado de interpretar, pero el equipo The Crown encontró en Gillian Anderson una actriz que podía canalizar la entrega y disposición tan singulares en Thatcher al tiempo que lograría defenderse del papel protagónico de la reina Isabel II, encarnada por la ganadora del Oscar Olivia Colman. Así, anticipándonos a la nueva temporada, que está claramente enmarcada por el tiempo en el que Thatcher estuvo en el poder, Anderson habló con Vanity Fair sobre las relación disfuncional de Thatcher con su hija, la capacidad de la política para molestar a la reina y el aspecto más peligroso de dar vida en la pantalla a la difunta primera ministra.

¿Qué implicó su investigación para crear el personaje y qué aprendió sobre la relación de la reina Isabel II con Thatcher?
Como puedes imaginar hay mucho material que se ha escrito sobre ellas y sobre su relación durante esos 11 años de trabajo. Una de las primeras cosas que leí fue que el día de la primera audiencia de Thatcher con la reina, llegó muy temprano y se sentó fuera para revisar sus notas y prepararse. Finalmente, en el palacio le dijeron: “Puede venir más tarde. No tiene que estar aquí tan temprano". Creo que el hecho de que ella estuviera tan cerca esperando hizo que la reina se sintiera incómoda. También creo que son justamente esos pequeños detalles los realmente interesantes. Aparentemente, la reina no entendía por qué Thatcher se sentaba tan cerca del borde de la silla durante las audiencias. Luego siempre está lo exagerada que era su reverencia… Al parecer, nadie hizo una reverencia tan marcada como la de Margaret Thatcher. Se ha escrito mucho sobre sus diferencias y en qué aspectos no se llevaban bien, como, por ejemplo, que la familia real sentía que ella era vulgar pues consideraba que bastantes de sus gestos eran en cierta manera falsos.

¿En serio?
Bueno, ella era la hija de un comerciante, venía de un sistema de clases muy distinto, ni siquiera se acercaba al estatus de los aristócratas. Era una mujer real, educada y hecha a sí misma. Se licenció en Química en Oxford y fue abogada antes de ser primera ministra. El hecho de que tengas a estas dos mujeres increíblemente poderosas como jefas de Estado genera una dinámica interesante.

¿Qué le dijo Peter sobre su interpretación?
Bueno, sabía que el primer episodio iba a ser ella entrando en escena y también que el episodio 10 sería ella saliendo definitivamente. Lo que realmente no sabía era qué partes de la historia o qué partes específicamente del impacto de Thatcher en Gran Bretaña se reproducirían con el prisma de The Crown… Una cosa en la que él es particularmente bueno es en darle la vuelta a la historia de manera que logres verla desde un ángulo que no necesariamente esperabas o a través de un personaje en particular que jamás imaginarías ver en esa trama.

En el episodio 10 somos testigos de un momento de ternura entre Thatcher y la reina. ¿Cree que su relación se suavizó tanto como en la serie?
Bueno, es interesante cómo diferentes personas interpretan esa escena. Algunas han dicho que el hecho de que Thatcher no diga nada, ni gracias, ni siquiera señora, haga una reverencia y básicamente se quede sin palabras para luego darse la vuelta… no es un desaire, sino una manera de expresar una tensión que continúa existiendo entre ellas. Otras lo ven como una gran intimidad y emoción que se está reprimiendo y que si ella dijera algo podría romperse ese momento tan especial. Es sorprendente ver cómo reacciona la gente a eso.

¿Usted qué cree?
Creo que ella estaba realmente conmovida. Tuvieron una relación muy complicada y en varias ocasiones se sintieron traicionadas. Eran mujeres muy diferentes a pesar de que se discuta mucho sobre sus similitudes… También, aunque la medalla se entregó bastante tiempo después, pero por el bien del programa lo adelantamos, creo que (Thatcher) se habría sentido igualmente orgullosa y habría tenido una gran gratitud.

Disfruté viendo las diferencias entre las relaciones familiares de la reina y las de Thatcher. ¿Qué aprendió sobre el matrimonio de Thatcher con el empresario Denis Thatcher?
Fue un gran apoyo para ella y se preocupaba por Thatcher. Era increíblemente protector con su esposa y sabía perfectamente cuándo quedarse en la sombra. El hecho de que dirigiera sus propios negocios y tuviera una gran vida, y que al mismo tiempo pudiera pasar a un segundo plano, no tener el protagonismo (especialmente en aquella época), decía mucho de él. Te quedas con la sensación de que era un matrimonio en el que había mucha ternura.

Hay un episodio que se centra en las relaciones de la reina y Thatcher con sus hijos. ¿Puede hablar de Margaret como madre? ¿Realmente quería más a su hijo que a su hija?

Aparentemente idolatraba a Mark. Creo que, si estoy en lo cierto,Carol la decepcionó un poco, pero todo esto es solo un relato de la vida de otras personas. Thatcher tenía una relación muy complicada con su madre… Escribió que desde los 15 años su cerebro iba a mil por hora y admiraba muchísimo a su padre –era un hombre mayor y ella siempre lo escuchaba hablar–, en cambio con su madre no tenía temas de conversación. Creo que su madre la había decepcionado, y es casi como si hubiera trasladado un poco de esa decepción a su relación con Carol. Ella solo tenía ojos para su padre, pero en realidad su primer amor real fue la política, y me parece que lo supo desde el principio. Oh, Dios mío, hay una historia sobre una escena que debe ocurrir en el episodio 10. Habían horneado unas magdalenas, o algo parecido, y a una de las secretarias se le cayó en el pasillo una bandeja con los dulces recién salidos del horno. Aparentemente, Thatcher ayudó a ponerlos de nuevo en la bandeja y dijo: “Está bien, Carol se los comerá en el suelo»… (Risas). Tal vez era solo que Carol era la única que estaba en el suelo, pero igual los dulces acababan de estar allí. También hubo una ocasión en la que obligó a Carol a esconderse en un armario porque llevaba jeans y no quería que nadie la viera usándolos. Historias como esas te hacen ver que su relación era algo complicada.

¿Cree que la relación que tuvo con su madre se reflejó en la que tuvo con su hija?
Posiblemente. Ella era bastante ambigua en su relación con la gente en general. Le gustaba la atención de los hombres, sabía cómo trabajar en un despacho, sabía cómo coquetear a su manera… El hecho es que en los 11 años que fue primera ministra solo invitó una vez a otra mujer a unirse al gabinete. Creo que probablemente tenga más que ver con ella, dado lo cercana que era a su padre y lo mucho que lo imitaba.

Tenía una forma tan singular de hablar y expresarse. ¿Cuánto le llevó hacerse con esos detalles?
Un rtiempo. Sabía que iba a hacer el papel aproximadamente un año antes de la filmación. Comencé en casa trabajando junto a un entrenador de voz para encontrar el tono correcto y para que no se convirtiera en una parodia, que ya se ha hecho mucho. Es realmente fácil hacerla monótona, algo que tampoco quieres, porque ella tenía muchas notas distintas en su voz. Por eso, para que se sintiera que fluía y era natural, ensayé mucho. Al principio fui bastante tímida, ya que no quería que me escucharan sin haberlo perfeccionado lo suficiente, y me llevó bastante tiempo dejar salir su voz. Hubo un momento en el que la gente decía: “¿Dónde está? Es hora… déjala salir. Todos estamos esperando".

Parece una decisión valiente asumir un personaje tan singular y polémico. ¿Le pareció peligroso?
Sí y no. Al final del día, solo tenía que decidir que iba a dejar de lado todas las ideas preconcebidas y opiniones de quién era ella, cómo está representada en la serie y cómo creen que la he retratado. Como actriz, esta no es una película biográfica sobre Thatcher. Esta es una parte de una primera ministra vista a través del prisma de The Crown. Da igual si están de acuerdoo no con mi interpretación, yo estoy segura de no haber podido esforzarme más. Mientras sienta eso, sinceramente, no importa si la gente piensa que tengo éxito o no; no tengo control sobre ese juicio de valor. Más que nada ese es el único peligro… pero hay que decir que sí a las cosas que te aterran, porque, de lo contrario, vivirás en un mundo de arrepentimientos que no es saludable.

Artículo publicado originalmente en Vanity Fair USA y traducido por Manuela Salazar. Acceda al original aquí.

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