Seguramente te ha pasado. Cambias de hábitos a unos más sanos, comes mejor, haces ejercicio y de pronto se te cruza un pensamiento loco: «estoy igual», «no veo cambios», «tanta cosa para verme así», etc… y aunque no quieras tener estos pensamientos, y por más libros que leas y cuentas en Instagram que sigas de ayuda esos pensamientos suelen ser parte del proceso.
Lo importante, como todo, es dejarlos ir. ¿Sabes que la primera saboteadora de tu proceso eres tú misma? puedes verte increíble, pero no te das cuenta porque estas obsesionada con cómo te debes ver. Se te olvida darte cuenta y darte palmaditas por lo pequeño o mucho que hayas logrado hasta ahora.
La mente puede ser o tu mejor amiga o tu peor enemiga, puede ayudarte o perjudicarte. Aliméntala y entiende que si vives obsesiva pensando en qué y cuánto te falta para lograr la meta, cada vez la sentirás más lejos.
Así que relájate, vive el proceso, un día a la vez. Ve las cosas buenas de cada día , por más chiquitas que parezcan y sigue estos pequeños consejos para hacer el proceso más llevadero.
-El secreto está en no pensar todo el tiempo en que debes bajar de peso: pensar todo el día en bajar de peso te genera ansiedad y no te hace valorar tus logros. Debes comprender que en la vida todo tiene altibajos y que debes disfrutar del proceso.
– Vive el proceso como un ensayo y error. Prueba y si fallas inténtalo de nuevo. El factor emocional es muy importante cuando quieres cambiar de estilo de vida y adelgazar. Deja de pensar en qué comes o no (quítate de la cabeza esa idea de que hay alimentos bueno y malos). Avanza, el miedo a fallar no debe paralizarte.
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