Gran triunfadora del Festival de Sitges, El Hoyo, la ópera prima de Galder Gaztelu-Urrutia, propone un futuro distópico en el que las personas se dividen por parejas y en distintos niveles. Protagonizada por Ivan Massagué, ya está disponible en Netflix donde se ha convertido en uno de los título más comentados de esta semana. No solo en España, también en el resto del mundo. Su final, que está dando lugar a múltiples teorías, está dando mucho que hablar, por eso vamos a intentar dar una explicación a los minutos finales de la película.
A través de esta perturbadora metáfora, que transcurre entre el thriller, la crítica social y la comedia negra, El hoyo intenta apelar a la responsabilidad civil del espectador y obligarle a enfrentarse contra los límites de su propia solidaridad. Ivan Massagué ( El año de la plaga), Antonia San Juan ( El tiempo de los monstruos), Zorion Eguileor ( La matanza. Txarriboda) y Emilio Buale ( Palmeras en la nieve) interpretan a los diferentes habitantes de esta sofisticada cárcel que irán subiendo y bajando plantas en un film, repleto de giros sorprendentes, que intenta transmitir el mensaje de que, incluso por encima de los poderes fácticos que gobiernan en la sombra, el individuo sigue siendo el único con capacidad para crear un mundo más sostenible.
Qué pasa al final de la película
Goreng decide meterse en estas instalaciones para dejar de fumar, leer El Quijote y salir de allí seis meses después con un diploma oficial. El problema está en que cada 30 días cambia de nivel. Y esa niña que vemos… ¿La niña es real? ¿Es la hija de Miharu?
De acuerdo con el medio Decider, El hoyo es una clara muestra y una metáfora del capitalismo porque deja a los más necesitados en el fondo muriendo de hambre. Mientras Goreng intenta convencer a las personas que los pisos de abajo que sí se puede dar un cambio, la cosa se pone difícil con los de arriba. La niña que encontraron estaba intacta y esto significa que no todo el sistema está corrompido.
Como se comentó líneas arriba, Goreng no era el mensaje, tampoco la panna cotta, sino la niña. Él solo era el transmisor, punto importante para que el mensaje llegue a su destino. A pesar de que la niña haya existido o no, simboliza la nueva generación y la esperanza. Los jóvenes son los únicos capaces de cambiar el sistema mirando cómo es la realidad en la que vivimos.
También puede que las alucinaciones sean la representación de los demonios de Goreng y eso le recuerda su culpa y todo lo que ha hecho para sobrevivir. De ahí que, al final, decida quedarse junto a Trimigasi y morir caminando hacia la oscuridad. Al fin y al cabo, Goreng representa el sistema que quiere romper, por eso no puede ascender con la niña, que representa el único ser puro de toda la instalación.
¿Y si está muerto desde el principio?
Otras teorías suponen que la película es una metáfora de dos historias bien conocidas: la Divina Comedia de Dante Alighieri y El Quijote de Miguel de Cervantes. Es bastante fácil encontrar la similitud con la primera: Goreng decide descender hasta el nivel más bajo de El hoyo imitando el descenso a los infiernos del protagonista del poema del escritor italiano. ¿Y si Goreng está muerto desde el principio y es todo una alegoría del cielo y el infierno?
¿Y si la niña es el futuro?
Esta teoría explica por qué Goreng no puede subir junto a la niña al nivel cero. Ella es un símbolo de la resiliencia humana sometida a la tiranía y una prueba de que el cambio solo puede venir de los jóvenes. Un adulto como Goreng lleva mucho tiempo viviendo dentro del sistema y eso le ha corrompido. Por ello, el protagonista no puede elevarse en la plataforma junto a ella y debe quedarse con Trimagasi
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