El feng shui está considerado como el yoga del hogar. Ahora más que nunca, que pasamos tantas horas de nuestro tiempo en casa, es un momento ideal para animarse a crear equilibrio a través del feng shui. Se trata de una disciplina china que persigue armonizar el ambiente y favorecer tu bienestar. Feng significa viento y shui, agua.

Los interioristas establecen dos espacios en casa:

El espacio yang, dedicado a la vida activa. En esta zona se sitúan el salón, el comedor y la cocina. Los colores recomendados son:el blanco y los tonos que van del amarillo y mostaza al naranja (los colores del sol, que aportan energía positiva y ayudan a mejorar el ánimo). Para la zona de trabajo o de estudio, el beige o los verdes y azules claros favorecen un ambiente relajado.

El espacio yin, dedicado al descanso y la tranquilidad. En esta zona se ubica el dormitorio y el baño. Para el baño, escoge colores fríos como el azul o el verde, que son refrescantes y relajantes y recuerdan al agua.

¿Y en el dormitorio? El blanco y la luz natural

En el dormitorio, elige textiles lisos para vestir la cama: el blanco es ideal porque transmite frescor, paz y relax, y además optimiza la luz natural. En paredes, los tonos relajantes como el azul y el verde son ideales para favorecer el sueño. Además, deberíamos dejar fuera de esta habitación los dispositivos tecnológicos, ya que interfieren en el sueño y descanso nocturnos.

Las plantas relajan y purifican

¡Rodéate de naturaleza! Las plantas refrescan y purifican el aire porque contribuyen a eliminar los contaminantes en suspensión. En terrazas, azoteas y balcones protegen los espacios de la exposición directa al sol, te ofrecen sombra, te aislan de los ruidos del exterior y también te brindan intimidad. En la cocina puedes cultivar plantas aromáticas; en el baño, es ideal una ramita de helecho; y en la terraza, flores, arbustos o aloe vera, por ejemplo.

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