Hay una carrera que nada tiene que ver con los Juegos Olímpicos aunque en ella estén implicados, ahora mismo, todos los países del mundo: es la carrera por conseguir una vacuna contra el nuevo coronavirus, causante de la neumonía covid-19. Una enfermedad ante la que, de momento, parece que tenemos pocas armas: lavarnos las manos a menudo (con jabón o con gel de ducha, da igual) y encerrarnos en casa para proteger a los más débiles.
De momento, en esa carrera China y EE.UU. parecen llevar la delantera. El país asiático, que es el que más tiempo lleva enfrentándose al virus, ha anunciado a través de su Ministerio de Defensa que China ha desarrollado «con éxito» una vacuna y que ya ha autorizado las pruebas en humanos, aunque en su comunicado no precisan cuándo ni cómo comenzarán esos ensayos. De hecho, esta no es la única vacuna en la que están trabajando los investigadores chinos: diferentes organismos han ido anunciado a lo largo de la semana que en abril se van a probar hasta tres posibles vacunas. Por su parte, EE.UU, también anunció esta semana que iba a comenzar los primeros ensayos en humanos (sanos) de una posible vacuna.
En España, el mayor experto español en coronavirus, el virólogo Luis Enjuanes, desde su laboratorio en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), también trabaja contrarreloj para lograr una vacuna que frene la epidemia. En declaraciones a Verónica Fuentes de la agencia sinc, este experto explica que su equipo está trabajando en el coronavirus aprovechando experiencias anteriores con epidemias similares (el SARS de 2002 y el MERS de 2012).
La posible vacuna española en la que este grupo de científicos está trabajando está basada en un fragmento de ADN derivado del virus… Pero el especialista también advierte que las cosas de palacio, van despacio: “El plazo de obtención del primer prototipo está en el rango de unos cuatro meses. No obstante, a partir de ahí habrá que aplicar para obtener el permiso y que se pueda administrar a las personas, lo que puede suponer de ocho a 12 meses más ”, explica el dr. Luis Enjuades.
¿Deberemos convivir con el coronavirus hasta que se pruebe alguna de esas vacunas (y demuestren que funcionan)? Pues parece ser… que sí. Pero tenemos un par de factores en nuestro favor: la primera, la llegada del calor que está a la vuelta de la esquina (cada día que pasan a 37 grados los coronavirus pierden 10 veces su infectividad lo que significa que con tres días de sol desciende mil veces su capacidad de infección) y la otra es que las cepas de este tipo de virus, por su propia supervivencia, tiende a irse atenuando con el paso del tiempo (es por lo tanto previsible que las más agresivas se extinguirán poco a poco y las que provocan síntomas menos agresivos, pervivirán).
Aún así, hace falta paciencia y confiar en el trabajo de los investigadores para lidiar con esta situación. Los datos que manejan los epidemiólogos en este momento es que la subida del pico de la onda de contagio aún durará de dos a cuatro semanas y en junio el virus estaría en niveles muy bajos. El dr. Luis Enjuades está de acuerdo con estos cálculos: “Considero que es una previsión razonable, ahora estamos todos muy alarmados, pero las epidemias normalmente vienen y se van, y esta no va a ser una excepción”.
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