Cómo evitar la retención de líquidos y reducir el volumen de tu cuerpo

Una vida sedentaria y una dieta desequilibrada (y rica en sal) puede estar detrás de la retención de líquidos que suele afectar a las mujeres en épocas relacionadas con desajustes hormonales (menstruación, embarazo o menopausia), aunque también los problemas de circulación o el estrés pueden contribuir al aumento de peso por esta circunstancia, por lo que los expertos aconsejan acudir al médico para saber si detrás de ello puede haber algún problema de salud.

Algunas de las manifestaciones físicas de la retención de líquidos son las bolsas en los ojos, que los anillos te aprieten más de lo normal, que tengas las piernas hinchadas o que puedas abrocharte los pantalones de tu talla.

Así se combate la retención de líquidos

– Bebe dos litros de agua al día. Si es agua mineral, fíjate en su composición para que no sea rica en sodio. Recuerda no excederte en el consumo de agua pues superar los cuatro litros diarios puede llevar a que retengas líquidos por exceso.

– La papaya y la piña son antiinflamatorias y antiedematosas.

– La uva roja es rica en taninos y antioxidantes, mejora el sistema linfático.

– Vegetales como el apio, la cebolla y el puerro ayudan a eliminar líquidos del cuerpo.

– Los extractos de plantas como ruscus, alcachofa, gingko biloba, meliloto, cola de caballo, centella asiática, hiedra o hamamelis te resultarán útiles para reducir el volumen de tu cuerpo.

– Para contrarrestar el nivel de sodio del organismo y mantener el equilibrio de líquidos consume alimentos que aporten potasio como los plátanos, el melón, la sandía, la ciruela, los aguacates, las alcachofas, el tomate, los berros, las acelgas y la calabaza. Además, las infusiones de diente de león, cola de caballo, té verde o la centella asiática te ayudarán a eliminar líquidos.

Practica ejercicio regularmente. Caminar a diario a buen ritmo durante un mínimo de 30 minutos puede ser un primer paso. Estos son los mejores ejercicios para evitar la retención de líquidos.

– Terminar cada ducha con un chorro de agua fría en las piernas y aplicar cremas con efecto vascular masajeando siempre en sentido ascendente, desde los tobillos hasta los brazos son dos hábitos beneficiosos para el correcto drenaje de líquidos.

Así aumentas la retención de líquidos

– Si consumes alimentos con grandes cantidades de sal como salazones, embutidos, salsas, aderezos, comidas precocinadas, palomitas y algunos quesos, especialmente el roquefort, te notarás más hinchada.

– Evita también los alimentos ricos en azúcares como postres, golosinas y fast food, pues la glucosa en exceso arrastra agua por ósmosis y favorece su retención en el cuerpo.

– El consumo de grasas saturadas en exceso favorece la inflamación. Así, no se trata de eliminar las grasas sino priorizar el consumo de aquellas que sean ricas en omega 3, consumiendo pescado azul, aceite de oliva virgen extra, frutos secos y aguacate.

– Llevar prendas muy ajustadas contribuye a obstruir la circulación y dificulta la correcta expulsión de líquidos del organismo.

Pasar demasiado tiempo sentada es perjudicial para tu salud. Si no tienes más remedio, debido al trabajo que desempeñas, recuerda levantarte cada hora a estirar las piernas. Y si trabajas de pie, usa medias de compresión decreciente de almenos 70 dim.

El estrés y la falta de sueño eleva tus niveles de cortisol, lo que da lugar al aumento de la grasa abdominal y la retención de líquidos. Ante todo mucha calma y descanso. Mental y físico. Duerme un mínimo de ocho horas diarias.

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