«Si me pinchan, no me sacan sangre, se me ha caído un mito», «la creía una chica más sensata», «qué poca vergüenza tiene«, «¿qué se cree que por trabajar en la tele son reyes?», «esta pone el pie en el cuello a cualquiera», «vaya humos tiene la niña«, «me cae fatal de siempre, pero lo ha rematado», «prepotente», «impresentable», «amargada»… Esos son algunos de los comentarios críticos que ha recibido Belén Rodríguez en su última intervención en ‘Sálvame‘, y todo por unas declaraciones que hacía, días atrás, en las que confesaba tener la manía de comer siempre en la misma mesa en uno de sus restaurantes favoritos. Bromeó diciendo que hacía levantarse a la gente que estuviera allí sentada y esto le ha valido todo tipo de adjetivos por parte de la audiencia de ‘Sálvame’. Pero, ¿cómo le han sentado a ella?
La colaboradora lo tiene clarísimo: «A mí lo que piense la gente de mí, en general, me importa una mierda«. Así, directa, un comentario que desde luego dudamos le haga ganar seguidores, quizá todo lo contrario…
Aunque ha querido explicar el motivo de este ‘oídos sordos’: «Lo pasé muy mal con las opiniones de la gente con los ‘realities’ y decidí vacunarme, así que ya no me importa nada. Solo me importa la de la gente que me quiere y quiero, el resto no me importa nada, ni me hacen daño ni nada, lo digo con el corazón en la mano».
Ante las críticas, eso sí, ha querido matizar la polémica de la mesa. Asegura que va allí desde hace 14 años y es clienta habitual y que el dueño es buen amigo suyo, por lo que antes de ir llama por teléfono para preguntar si tiene su mesa, y si está libre, va, si no, no. «Si por ejemplo Belén Esteban va a comer y la ha colocado en mi mesa y yo le aviso con tiempo, a ella la pone en otra mesa. Es absolutamente broma que yo levante a nadie de esa mesa», aclaraba.
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