En términos absolutos, es una apuesta segura. Cuando todo va mal, es un refugio para el alma, un baluarte de hormigón contra el que se rompen todas las incertidumbres, la penumbra ambiental, e incluso los cataclismos económicos. Es como un archipiélago, una isla mágica de consuelo, una terapia capaz de remover tu riqueza interior y arrancarte esa lágrima de emoción, ¡y hasta una buena sonrisa!
Porque el ARTE es ese poderoso lenguaje universal, comprensible para cualquier ser humano, que apela a nuestros sentidos con el don de poder captar la realidad, procesarla con diferentes prismas y devolverla al mundo desde la libertad creadora. Es como una forma divina a través de la cual se manifiesta el espíritu. Una maravillosa fábrica de sentimientos que se proyectan con vocación de permanecer como parte del patrimonio cultural y tener el don de ser transmitido de generación en generación… Sí, más que un lujo, el ARTE es una necesidad que nos ayuda a comprender mejor la realidad y a reconciliarnos con la grandeza de lo que somos. Como prueba, estas páginas elaboradas artesanalmente, con muchas pinceladas de osadía para proyectar un mundo apasionante.
Nos hemos armado de optimismo, de creatividad y de la genialidad de Javier Mariscal que nos han hecho construir una versión esperanzadora, positiva e histórica de nuestro poderoso ADN. Toda una terapia, en la que nos hemos agarrado a la felicidad y el amor por la belleza para imaginar una cura a cualquier tristeza, aprendiendo a conocernos, y a divertirnos apreciando las infinitas posibilidades que la unión de talentos y disciplinas nos brinda para cambiar los esquemas, y sorprender… Y comprobar que algo tan ensalzado por unos como denostado por otros, tan acosado por preguntas que cuestionan su esencia y su función, más que un signo distintivo, es una auténtica medicina, y un buen compañero de vida.
Y si, como decía César Manrique: «El deber del artista es crear belleza para luchar contra la fealdad del mundo», solo espero que esta se convierta en la carrera del futuro.
Harper’s Bazaar nº 127 / Abril / The Arte Issue
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