¿Qué va a pasar después del coronavirus? Todos nos hacemos la misma pregunta y es que no es fácil adivinar cómo será el mundo post pandemia y sobre todo, cómo serán nuestras nuevas rutinas y nuevos hábitos con todo lo que hemos tenido que aprender sobre autoprotección a marchas forzadas, durante estos meses. Si con la desescalada todavía hay gente reticente a salir a la calle y comenzar a tomar contacto de nuevo con el mundo exterior, ¿qué pasará con determinadas actividades que antes hacíamos sin pensar? ¿Nos costará acostumbrarnos a los nuevos hábitos de vida?
Consultar la carta del menú de un restaurante, pedir una tapa expuesta en la barra de un bar, ir a un concierto o festival multitudinario, compartir una copa… son gestos que antes eran de lo más inofensivos y comunes, y que a partir de ahora nos pensaremos dos veces a la hora de hacerlos. Estos son algunos de los hábitos que cambiarán tras el coronavirus.
1. Las relaciones interpersonales
En países como el nuestro los abrazos, los apretones de manos, los dos besos vancasi implícitos en nuestro adn. Estos saludos y gestos eran de lo más comunes antes de que el coronavirus llegara a nuestras vidas. Y a partir de ahora, cuando recuperemos nuestra «nueva rutina», esta constumbre cambiará al menos por unos meses.
2. Tus hábitos a la hora de hacer la compra
Según estudios en hábitos de consumo realizados durante el confinamiento, las ventas de los supermercados aumentaron un 200% durante las dos primeras semanas de cuarentena y parece, que la tendencia a partir de entonces ha sido la del consumo para el almacenaje. Nuestra mentalidad ha cambiado, de eso no hay duda,por lo que la forma de hacer la compra ahora será diferente, tenderemos a tener más provisiones en casa por lo que pueda pasar. Nos hemos vuelto más prevenidos.
3. ¿Cómo utilizaremos el transporte público?
La pandemia mundial de coronavirus ha cambiado por completo también la movilidad de las personas. Según una encuesta realizada por RACE (Real Automóvil Club de España), los habituales usuarios de transporte público, ya no lo cogerán por un tiempo y se estima que el 20% de estos usen el vehículo privado. Este estudio también asegura que el 25% de los usuarios que solían ir paseando al trabajo, también optarán por ir en vehículo propio.
En cualquier caso, a partir de ahora coger el autobús o el metro ya no será como antes, por lo menos durante unos meses. El uso de mascarillas, de geles desinfectantes y el preocuparse por mantener las medidas de seguridad con el resto de usuarios del transporte público, se convertirán en los gestos más comunes tras la desescalada (y durante la misma).
4. La implementación del teletrabajo
Si hay algo a lo que nos hemos tenido que adaptar durante la crisis es al teletrabajo. Pero tenemos que verlo como una gran ventaja y es que es una forma de incrementar las posibilidades de la empresa, de avanzar y una oportunidad para las compañías de perfeccionarlo para tomarlo como un método habitual. Se ha comprobado que trabajar desde casa no solo es factible si no, más productivo lo que puede resultar una gran revolución en el mundo laboral. Incluso el gobiertno ha declarado la necesidad de la regulación del teletrabajo con urgencia.
5. Una mayor concienciación con objetos y lugares comunes
Si antes acuñábamos el dicho de «lo que no mata engorda» cuando se nos caía algo al suelo y lo comíamos igualmente, cuando los niños jugaban retozándose por el parque o la calle, tocábamos cualquier barandilla… ahora nuestros hábitos serán muy diferentes. Todos esos gestos que antes hacíamos por inercia desaparecerán o al menos, una vez después de tocar un objeto público nos lavaremos las manos con gel desinfectante, nuestro nuevo complemento y objeto imprescindible en nuestros bolsos.
6. Una mayor higiene
Y por supuesto, el gesto de lavarnos las manos ya no será rutinario sino como llevamos haciendo desde el comienzo de la pandemia se convertirá en un hábito a realizar a conciencia, con una mayor regularidad que antes, el tiempo necesario y centímetro a centímetro.
7. Respetar el espacio personal
Respectar el espacio personal de la gente se convertirá en un hábito normalizado, seguro y obligatorio. Se acabó eso de agolparnos en el metro o empujarnos en las colas del súper o en los bares. Algo que deberíamos haber empezado a hacer antes por una simple cuestión de educación y respto hacia los demás. Los países nórdicos y los ingleses nos llevan mucho adelanto en eso.
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