Si hoy te has levantado particularmente inspirado, como si pudieses escribir la teoría de la relatividad en una servilleta de papel mientras te comes unas tostadas, quizás te apetezca poner a prueba esa buena actividad mental. Hay que aprovecharla, que quizás no dura.
Para esos días hemos rebuscado en el catálogo de Netflix en busca de un buen grupo de películas poco convencionales, de esas que juegan con tu mente y te dejan pensando durante un rato largo, ya sea por al contundente reflexión que ha dejado en su última escena o porque el ‘The End’ ha llegado y tú todavía no has entendido lo que ha pasado. Además, son todas grandes y entretenidas historias que te van a solucionar una noche de «manta-y-peli».
¡Pon las palomitas en el microondas y esas neuronas a funcionar!
Nunca una peonza había dado tanto que pensar. Esta aclamada película de Christopher Nolan nos situaba en un mundo en el que los sueños eran espacios accesibles y transitables, y en consecuencia un terreno fértil para la manipulación y los robos de información. La banda liderada por Leonardo DiCaprio acepta la misión de implantar una idea en la mente de alguien, pero alguien les sigue los pasos de cerca. Así, la historia se convierte en un thriller intenso que termina de la manera más ambigua posible. Michael Caine aseguró haberlo entendido. DiCaprio aún se lo está pensando.
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Sin duda, una de las películas más influyentes de la historia del cine, especialmente en lo que respecta a los efectos especiales en la llegada de un nuevo siglo. Las hermanas Wachowski dejaron para la posteridad esta historia de ciencia ficción en la que el mundo que conocemos solo es una construcción, una ilusión creada por unas máquinas para controlarnos y robarnos la energía. Pero la revolución espera a la otra puerta, después de tomar la pastilla roja. Una película, protagonizada por Keanu Reeves, que nos da mucho material filosófico para reflexionar mientras vibramos con cada tiroteo y pelea cuerpo a cuerpo.
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Ganadora del Festival de Sitges y éxito internacional en su estreno en Netflix, esta película de Galder Gaztelu-Urrutia nos dejó con la boca abierta. El planteamiento no es para menos: un grupo de personas sobrevive en una estructura vertical formada por centenares de niveles, por los que cada día atraviesa una plataforma llena de comida que se va vaciando al bajar. Así, a los que en el sorteo mensual les ha puesto arriba comerán como reyes, mientras que los que han tenido menos suerte tendrán que conformarse con los restos. O, bueno, también pueden comerse a su compañero de nivel o tirarse por el hueco central a la espera de una muerte rápida. Este cruce entre ‘Snowpiercer’ y ‘Cube’ es muy intenso, pero también esconde interesantes reflexiones sobre la solidaridad colectiva. ¿Y ese final? Que empiece el debate.
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No es que esta icónica película de Quentin Tarantino sea muy complicada de entender, sino más bien que hay que poner en orden las piezas de su puzle para que la historia cobre sentido. Ahora, eso es opcional: esta ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes no necesita de croquis argumentales o líneas temporales para disfrutarse al máximo. Y es que pocas películas acumulan en un mismo metraje tantos momentos, frases y personajes legendarios.
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Los problemas matrimoniales toman formas inesperadas. Para Tom Cruise en esta película de Stanley Kubrick supone una noche de encuentros extraños, fiestas de máscaras inquietantes y personajes siniestros, una serie de sucesos que no sabemos si ocurren de verdad o simplemente en su cabeza. Su matrimonio con el personaje de Nicole Kidman (por aquel entonces, era su esposa también en la vida real) hace aguas y parece que la llama sexual se ha apagado. ¿Podrán volver a encenderla?
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El hijo de Medora (Riley Keough) ha desaparecido por culpa de los lobos que acechan el pueblo de Alaska en el que vive, y, ante la ausencia de su marido soldado (Alexander Skarsgard), pide ayuda a un escritor retirado y experto en el mundo lobuno, Russell Core (Jeffrey Wright), para que encuentre al pequeño. Vivo o muerto. Pero la historia de esta película de Jeremy Saulnier, llena de momentos perturbadores y confusos, nos lleva a una reflexión sobre la violencia, la construcción del enemigo y ese dicho de Hobbes: ‘Homo Homini Lupus‘. El hombre es un lobo para el hombre. Saquen sus propias conclusiones.
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Si has visto ‘Cisne negro’, algunas cosas de esta película te van a sonar. Más de una década antes, el cineasta japonés Satoshi Kon firmó esta historia sobre una cantante sumida en una depresión por sus recientes fracasos, y que la llevan a poner en cuestión toda su carrera. La situación se agravará más aún cuando la realidad y los sueños se confundan y su propia identidad se ponga en cuestión. Una película icónica, sorprendente y arriesgada que te dejará pensando más allá de su increíble final.
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Todo un clásico del cine de terror que, después de 40 años, seguimos revisitando una y otra vez. El por qué está a plena vista: hay tantas capas de significado, detalles y lecturas que hacerle a esta película de Stanley Kubrick que nunca te la acabas del todo. Aunque Stephen King, autor de la novela en la que se basa, odia a muerte esta adaptación, hay que reconocerle al cineasta su capacidad para crear unas imágenes sugerentes que relacionan la violencia doméstica con la colectiva, con la creación de los Estados Unidos y la sangre de los nativos masacrados que aún sale a borbotones de los ascensores.
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Alicia en el País de las Maravillas en la era de internet. O una reflexión de toques lynchianos sobre la identidad en tiempos de perfiles autoconstruidos y alter egos online. Todo eso puede extraerse de este thriller dirigido por Daniel Goldhaber, donde Alice (Madeline Brewer) ve su vida patas arriba cuando descubre que una chica idéntica a ella la está suplantando en su canal de ‘cam girl’ y le ha cambiado todas sus contraseñas. Una película llena de momentos inquietantes que nos deja pensando en qué es real y qué es pura reflexión posmoderna.
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Cuando Ray (Sam Worthington) para en una gasolinera con su familia, la tragedia sucede: su hija, asustada por un perro, cae en una parcela que está en construcción y queda inconsciente. Todos corren hacia el hospital, donde madre e hija entran para verse con el médico. Pero después de esperar durante horas, Ray pregunta por ellas y todos actúan como si jamás hubiesen estado allí. ¿Quién está mintiendo? ¿Hay una conspiración en ese lugar? ¿O es que Ray ha perdido la cabeza?
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No pasó por salas, pero eso no quita que sea una de las mejores películas de la temporada. Lo nuevo de Alex Garland (‘Ex-Machina’) pondrá a prueba tu capacidad para hacer teorías filosóficas de un argumento de ciencia ficción. Si lo intentaste con ‘2001: Una odisea en el espacio’, estás más que preparado. Aquí, sin embargo, va menos del ser humano (que también), y más de la tristeza y el dolor convertidos en mundo alienígena.
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Adaptación de la novela de Stephen King, esta es probablemente una de las mejores producciones originales de Netflix. Puede que porque la dirija Mike Flanagan, promesa del terror yanki (‘Oculus: El espejo del mal’), puede que por las siempre insuperables narraciones de King, o, quizás, por una bendecida colaboración de ambos. El caso es que el relato de esta mujer que se queda esposada a la cama mientras practica sexo aventurero con su marido no te dejará indiferente.
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Sigue siendo una de las mejores películas de Mamoru Hosoda, maestro del anime japonés, y nos vuelve a traer algo que siempre le da vidilla a una película: ¡los viajes en el tiempo! A ver si puedes averiguar la manera en que esta adolescente puede hacer que la escena que repite una y otra vez tenga un final feliz. A ella le cuesta bastante.
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Quizás lo primero en lo que te haga pensar de verdad esta película sea: ¿qué demonios está ocurriendo aquí y por qué he decidido ver este bodrio? Tranquilo, es la reacción habitual, tal y como apuntan las críticas que ha recibido desde su estreno a principios de febrero. Sin embargo, esta película de Julius Onah, que funciona como tercera parte/precuela del ‘Cloververse’, plantea una situación de universos paralelos y extremidades que se separan del cuerpo que bien vale una buena reflexión. O unas risas, según veas.
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Proclamada desde ya como una de las mejores películas de 2018, este drama firmado por los hermanos Safdie encuentra en la caída a los infiernos de su protagonista (Robert Pattinson) una oportunidad para hacernos vivir un viaje en los mundos oscuros y subterráneos de la delincuencia. De Cannes a Netflix, esta película te pedirá mucho. Pero no te preocupes: te dará otro mucho a cambio.
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Vía: Fotogramas ES
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