Selena Quintanilla -o Selena, que como a las grandes le basta solo su nombre- murió hace 25 años. Inmediatamente, comenzó el mito. Su figura significaba mucho para todos los estadounidenses de raíces mexicanas y para todos los hispanohablantes en un momento con aún menos representación y posibilidades que ahora. Netflix recupera el cuento de hadas trágico que fue la vida de esta texana para contar no solo su historia, sino la de muchos de sus compatriotas en las últimas décadas en Estados Unidos.

En España, muchos menores de 40 tenemos una vaga idea de quién era Selena, sobre todo gracias a dos cosas: el biopic que protagonizóJennifer López en 1997 y el trágico final de la artista, asesinada por una antigua fan que se convirtió en amiga y socia de negocios. La carrera de JLo despegó después de interpretar a Quintanilla, un reto que ahora recae sobre la actriz Christian Serratos, una californiana de 30 años a la que hemos visto en Crepúsculo o The Walking Dead.

Selena fue para muchos estadounidenses de ascendencia latina e hispanohablantes la demostración de que el ‘sueño americano’ también era para ellos. Nacida en 1971 en Lake Jackson (Texas), Selena era la pequeña de tres hermanos en una familia formada por dos emigrantes que habían llegado desde México en la década de los 50: Abraham Quintanilla y Marcella Ofelia Zamora.

Selena: de niña a joven prodigio

De raíces mexicanas y cherokees, los Quintanilla dependían del trabajo como jornalero de su padre, que pronto se dio cuenta del talento artístico de sus retoños, especialmente de la benjamina. Los juntó en un grupo llamado Selena y los Dinos, y desde los 9 años la cantante se enfrentó al público, actuando en bodas, fiestas y en el restaurante que abrió su padre y que terminó quebrando.

La familia se mudó a Corpus Christie (Texas), y Quintanilla se dedicó a llevar la carrera de sus hijos. Selena quería cantar en inglés, pero su padre se empeñó en que fuera en castellano (tuvo que enseñárselo) por sus propias malas experiencias cuando intentó hacerse un hueco en la música texana con una banda que tuvo en su juventud.

Selena debutó en solitario en 1989 con el recién creado sello EMI, y seis y seis álbumes de estudio y otro en directo le bastaron para llegar a vender 70 millones de copias en todo el mundo (la tercera artista latinacon más ventas después de Gloria Estefan y Shakira) y ser nombrada, a finales de los 90 por la revista Billboard, la artista latina más influyente de la época. La publicación en este 2020 la ha considerado la artista latina femenina más grande de todos los tiempos.

Mientras su trayectoria musical despegaba y se dirigía hacia su gran sueño, desembarcar en el mercado anglosajón cantando en inglés, su vida personal también discurría a toda velocidad. Chris Pérez, un guitarrista que se incorporó a su banda en 1989, se convertiría en su gran (y casi único) amor, una relación marcada, además, por el rechazo de su padre.

Chris y Selena mantuvieron su idilio en secreto y llegaron a casarse a espaldas de sus familias, en 1992. Abraham Quintanilla, que le había echado de la banda y había prohibido a su hija verle, tuvo que acabar claudicando.

Los contratos publicitarios, los duetos con otros artistas y sus cameos en televisión y en el cine colocaron a Selena rápidamente en la posición de poder explotar su imagen en otros ámbitos como la moda.En 1994, nace la marca Selena Etc con dos sedes en Texas. Fue este negocio y la persona a la que le encargó gestionarlo lo que acabaría desencadenando su muerte.

La trágica muerte de Selena

Yolanda Saldívar había aparecido en la órbita de los Quintanilla a principios de los 90. Se acercó a la familia para pedir permiso a Abraham para formar un club de fans de Selena en San Antonio (Texas). El padre-manager aceptó, y Saldívar pronto se convirtió en amiga de Selena y persona de confianza de su entorno.

Saldívar acabó haciéndose con la gestión de la firma de moda de Selena. Pero pronto empezaron a llegar noticias perturbadoras a los Quintanilla: Saldívar trataba mal a los empleados, había estafado a varios fans y había problemas con las cuentas. Aunque al principio Selena no quiso desconfiar de su amiga, acabó aceptando la realidad y despidiéndola.

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El 31 de marzo de 1995 en un motel de Corpus Christi, en una fuerte discusión en la que la artista le reclamaba unos documentos bancarios a Saldívar, ésta le disparó en el hombro izquierdo. Selena consiguió llegar a la recepción, y antes de perder el conocimiento delató a su asesina. Los intentos por reanimarla en el hospital fueron en vano. Tenía 23 años.

Su funeral fue multitudinario y televisado. Artistas como Gloria Estefan, Celia Cruz, Julio Iglesias o Madonna, con quien había sido comparada, expresaron sus condolencias. El 16 de abril, dos semanas después de su muerte, Selena habría cumplido 24. George W. Bush, el futuro presidente de Estados Unidos, por entonces gobernador de Texas, declaró la fecha ‘El día de Selena’.

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