Tenemos la imagen del príncipe Carlos como el eterno enamorado de Camilla Parker Bowles, y realmente su historia de amor no cristalizó en matrimonio hasta que ambos cumplieron 60 años, pero finalmente consiguieron estar juntos. Con este idilio eterno en la cabeza nos cuesta creer que el príncipe de Gales tuviera una etapa de ligón desenfrenado, pero la tuvo. Y durante esa etapa se fijó en una integrante de la familia Spencer, Sarah. Paradójicamente, al final, Carlos acabaría casado con la hermana menor de Sarah, Diana Spencer, nuestra querida Lady Di, esa que reflejaron de manera cursi disfrazada de El sueño de una noche de verano y cautivando con su inocencia al príncipe (aunque en realidad se conocieron cazando faisanes). El resto de lo que pasó ya lo sabemos todos, ¿pero qué fue lo que hizo que el idilio de Sarah Spencer y Carlos de Inglaterra fracasara estrepitosamente?
Cuánto duró la relación de Carlos de Inglaterra con Sarah Spencer
A finales de los 70 la prensa británica anunciaba a Sarah Spencer a bombo y platillo como la “nueva reina”. El motivo es que hizo un viaje íntimo y privado con el príncipe heredero de Inglaterra a una estación de esquí alpina. Al parecer el idilio entre ambos comenzó y terminó en 1977 y forma parte de la larga cadena de amoríos que Carlos de Inglaterra mantuvo por aquella época a instancias de su propia familia para ver si así conseguía olvidarse de la casadísima Camilla Parker Bowles.
Que lo dejaran no debió afectar demasiado a ninguno de los dos. aunque uno de los múltiples reportajes biográficos sobre Lady Di afirma que a esta el príncipe le gustaba muchísimo, lo que sucedió a continuación nos sorprenderá.
La realidad y las pruebas indican que el interés romántico del príncipe Carlos hacia Sarah Spencer era tan limitado como el de Sarah hacia él. Mientras todo el mundo veía con buenos ojos esta unión, los implicados no parecían estar tan convencidos. La propia Sarah confesó a un periodista del diario The Mirror que nunca se casaría con Carlos de Inglaterra, ya fuera príncipe heredero o fuera un basurero lo que se traduce, literalmente, por un “no me gusta de ninguna de las maneras ni aunque a su lado pueda ser reina”.
Las declaraciones en las que figuraban en la misma frase príncipe y basurero no le hicieron gracia a su alteza real que decidió poner tierra de por medio. eso sí, Sarah se guardaba para el recuerdo un viaje gratis a esquiar en Los alpes y el hecho de haber sido quien presentó formalmente a Carlos de Inglaterra y Diana de Gales. De hecho en las escasas ocasiones en las que ha hablado ha declarado “yo fui cupido”.
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