Han pasado casi tres meses desde que Rocío Flores entrara a participar en ‘Supervivientes 2020’ con el único propósito a conciencia (no siendo así el de su evidente pérdida de peso) por el que viajó hasta Honduras: el de recuperar la relación con su madre Rocío Carrasco después de unos ocho años sin tener ningún tipo de contacto. Pero parece que a la hija de Rocío Jurado no le valen sus mensajes a la desesperada a través de la televisión, ni siquiera el emotivo mensaje de felicitación que le mandó desde el concurso en el que dejaba claro que le encantaría que hablaran las cosas en privado.
¿La respuesta? Silencios tras silencios y mucho dolor según afirma el entorno de Carrasco, quien no es capaz de ver a su hija en el programa por lo que le provoca la actitud de su hija al ver que ni siquiera es capaz de pedir perdón.
Y aunque todo parezca estar perdida entre la relación de ambas, no podemos dejar de imaginar qué papel pueden jugar algunas de sus personas más allegadas y con las que ambas mantienen una buena relación. Y no nos referimos a Antonio David Flores, si no a Chayo Mohedano, que además de mantener una buena relación con su prima Rocío Carrasco, parece que también la tiene con Rocío hija.
La hija de Rosa Benito ha querido mostrar todo su apoyo a Rocío Flores a través de Instagram enviándole un mensaje en el que dice sentirse «orgullosa» de ella. «¡Qué orgullo siento contigo y qué bonita eres!», escribía la cantante junto a una imagen de la concursante.
Un mensaje que puede dar lugar a dudas pero que Chayo ha aclarado en más de una ocasión: «Soy la mediadora, siempre estoy en medio y eso es difícil», confesaba para la revista ‘Lecturas’. Pero, ¿quién no nos dice que esa postura neutra sea el pequeño empujón para que madre e hija se reconcilien?
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