Rafa Méndez es un huracán de energía y vitalidad, pero en las distancias cortas transmite muchísima serenidad. Hace tiempo que no está en la televisión, pero él asegura estar atravesando una etapa muy dulce. El próximo 9 y 10 de marzo estará en el Teatro Nuevo Apolo con su nuevo espectáculo, ‘Canarias no solo plátanos’, un show que recoge el gran talento que hay en su tierra. Fuera de los escenarios también dirige la Escuela Municipal de Danza Isaac Albeniz de Parla.
¿Cómo surgió este proyecto teatral?
Llevaba tiempo con ganas de ayudar a los jóvenes de Canarias. No tienen tantas oportunidades, no hay demasiado trabajo en las islas y es una pena, es increíble lo que llegan a transmitir en el escenario.
¿Te ha costado mucho levantarlo?
Llevo tres años gestando esto en mi cabeza. Yo le pongo tantas ganas a lo que hago que me da igual el resto. Incluso, te diría, el tema económico. Está mal que yo lo diga, pero creo que ha quedado un proyecto muy bonito, con mucha elegancia.
¿Cómo eres de jefe?
Soy una persona muy, muy exigente. No me gusta perder el tiempo ni hacérselo perder a nadie. Me gusta que los que trabajan conmigo sean rápidos, que pillen lo que les estoy pidiendo. Yo sé que te miro y te mato, pero ¡es que me sale así!
Ahora te centras en tu tierra, pero cuando eras joven tuviste que salir de allí para trabajar. ¿Te resultó fácil?
Yo estoy súper agradecido a mis padres, que siempre me animaron en mis decisiones. Mi papá, que ya no está, era un tío muy guay, pero tenía problemas con el alcohol. Para mí lidiar con eso fue heavy, pero en sus buenos momentos era el que más me impulsaba. Veíamos una película donde salía Nueva York y él me decía “tú tienes que ir ahí”. Mi madre tampoco me soltó de la mano: me llevó con 13 años a una academia de baile, y eso que éramos una familia muy humilde. Para mí fue muy difícil dejarlos atrás.
Pero ahora vives allí, ¿no?
Sí, entre Madrid y Tenerife. Hace tres años perdí allí a mi hermanita de un cáncer, y eso me hizo reconectar con mi isla.
¿Dónde surgió tu pasión por el baile?
Nace de salir en los carnavales de mi tierra. Luego también de la serie ‘Fama’ o de los programas tipo ‘Vip noche’. Yo los veía por la tele y quería ser el bailarín que está en el escenario detrás del artista. Para mí eso era el top.
¿Te ha servido el baile como terapia?
Absolutamente. Si a mí no me hubiera gustado el baile, yo no sé dónde habría terminado. De joven sufrí ansiedad, pero ansiedad de verdad. Tuve mi primer ataque de pánico con 16 años y el arte me salvó la vida. Yo recuerdo que era incapaz de coger un avión, no podía respirar si me alejaba a más de un kilómetro de mi casa… Son cosas que pocas veces se tratan bien. Lo pasé mal, lo superé todo y esa experiencia me ha hecho saborear la vida de una manera brutal.
¿Cómo lidias con las vacas flacas que tienen todas las profesiones artísticas?
Mira, con 26 añitos viví un momento muy bueno: era el primer bailarín en la televisión italiana, vivía en un hotel, me venía a buscar el chófer… En aquel momento pensé que mi vida iba a ser así siempre y me gasté todo el dinero. Seis meses después estaba en Londres sin un duro y empezando de cero. De ahí aprendí una gran lección. Cuando llegó el boom de ‘Fama’ yo ya estaba preparado, sabía que tenía que aprovechar el momento y que esto tendría fecha de caducidad.
¿Qué es el éxito para ti?
Para mí no es estar en la televisión, sino poder vivir de lo que me gusta. El éxito también es sentarme en el mar con una botella de agua y darme un baño.
¿Echas de menos la televisión?
Sí, a mí me gusta mucho, pero me llegan cosas que no me apetecen, como realities. No los critico para nada, los consumo como espectador, pero de momento no me gustaría formar parte.
Tú que has trabajado mucho fuera, ¿hay diferencias en cómo se valora al bailarín en España?
¡Totalmente! En América los bailarines son muy importantes. Madonna o Jennifer Lopez, por ejemplo, van siempre con ellos, los sacan en sus vídeos para que brillen… Aquí lo está empezando a hacer gente como Rosalía o Lola Índigo. No quiero que suene egocéntrico, pero yo siempre he tratado muy bien a mis bailarines. Mira, he dejado de hacer un talent muy importante en España porque ellos cobraban malísimo, y eso que a mí me ofrecían el caché que pedía.
¿Cómo llevas el tema de la fama y las redes sociales?
A nivel profesional sirven muchísimo.Son muy útiles para promocionarse y dar a conocer tu trabajo. Pero reconozco, y que no se lo tomen a mal, que me da mucha pereza el rollo influencer. Lo respeto, ahora es una profesión más, pero me parece un rollo.
A día de hoy, ¿qué importancia tiene la amistad en tu vida?
Toda, más que el amor en pareja. Es más, no creo en el amor en pareja. Dura unos cuatro años y luego, si acabas bien, se convierte en amistad. Yo tengo la suerte de tener muchos amigos y me encanta dormir con ellos sin hacer nada.
«Ser padre me parece un compromiso brutal y creo que ahora no estaría preparado»
¿Entonces no te ves en pareja?
A mí me encanta estar solo. No soy nada promiscuo, pero me gusta la sexualidad y descubrir. Yo no me quiero perder esas cosas, tener sexo con mucha gente, ¡pero del bueno! No estoy cerrado a encontrar una pareja, pero no lo busco. Es muy complicado, hay mucha mentira y poca honestidad. Quizás detesto esto porque yo he sido así. De joven no era claro y también hice mucho daño. Me gustan más los hombres que las mujeres, pero curiosamente la vez que me porté peor fue con una mujer, que ahora es una de mis grandes amigas.
¿Te apetecería ser padre?
No, yo ya hice de papá con mi sobrino, el hijo de mi hermana. Me parece un compromiso brutal y creo que ahora no estaría preparado.
¿Y ha heredado tu vena artística?
Sí, es músico. Tiene muchísimo talento y también trabaja en televisión.
¿Tienes algún sueño por cumplir?
Pues, por soñar… Sueño con hacer grandes espectáculos propios.
¿Y cómo te ves dentro de diez años?
Quizás todavía más sereno. Ya tengo la casita al lado del mar. La verdad es que me gusta cómo me siento ahora.
Textos: María Larrocha. Fotos: Fernando Roi. Ayudante de foto: Idoia Vitas. Estilista: María Álvarez. Maquillaje y peluquería: Jahire Sanz para Alegría Make up. Agradecimientos: Restaurante Tatel. Paseo de la Castellana, 36, 28046. Madrid. Teléfono: 911 72 18 41.
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