La reina Isabel II pasa el confinamiento en el castillo de Windsor junto al duque de Edimburgo y, lógicamente, no están solos. Junto a ellos hay un equipo de 22 personas que les atienden en todo lo que necesitan y que, a su vez, están aislados de sus familias para evitar que a través de sus movimientos la monarca y el príncipe Felipe acaben contagiados de coronavirus, algo que, por el momento, han conseguido esquivar.
Uno de esos 22 miembros del personal de la reina y su marido es el jefe de la Casa, Tony Johnstone-Burt, según el mismo exoficial de la Royal Navy ha contado en el diario británico The Sun este domingo. Ha explicado que el equipo mantiene, ahora en Windsor, su rutina de trabajo con el único objetivo de ser esencial en el confinamiento de Isabel II y el duque. También ha desvelado que el personal “no puede entrar y salir” del castillo. Es decir, todos, Johnstone-Burt, el secretario privado de la reina Edward Young, y el resto de asistentes se han mudado al castillo de Windsor. Hay sitio de sobra para todos. “Lo más importante es proteger a la reina y al duque de Edimburgo del virus”, ha asegurado Johnstone-Burt que ha llamado al dispositivo ‘operación HMS Bubble’ -una denominación que, ha explicado a quien en sus tiempos en la Marina llamaban Big Bubble, ha hecho gracia a la reina-.
Desde que ella y el duque llegaron a Windsor no han visto a ningún miembro de la familia, con quien mantiene contacto telefónico y a través de videollamadas. Ni siquiera los han visitado el príncipe Eduardo o el príncipe Andrés que viven cerca del castillo.
Con el príncipe Andrés tuvo precisamente Johnstone-Burt el pasado septiembre un desencuentro que saltó a las páginas de los tabloides. El hijo de Isabel II, implicado en el caso Esptein, había pedido al jefe de la Casa Real espacio en Buckingham para una de las reuniones que solía organizar allí de Pitch@Palace, la iniciativa del príncipe que ayuda a conectar a los empresarios con posibles patrocinadores.
El vicealmirante retirado se negó, empezó a darle su opinión sobre el proyecto y la discusión entre el hijo favorito de la reina y uno de sus fieles trabajadores (sirvieron como pilotos de helicópteros durante la guerra de las Malvinas en 1982) salió del ámbito privado. Johnstone-Burt, nacido en Grecia, tiene 62 años, es padre de cinco hijos y, según cuenta The Sun, como la reina, adora los perros. La Casa Real lo nombró Master of the Household en 2013 y está a cargo de un gran equipo que cubre desde el catering a la limpieza y el mantenimiento. También supervisa reforma que se está realizado en el palacio de Buckingham.
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