No se trata de un ajuste de cuentas en la era del empoderamiento de las mujeres, sino de otro momento histórico para el negocio de la moda, embarcada en un largo proceso de reconocimiento de los abusos que se han cometido sistemáticamente contra las personas más vulnerables de la industria. Desde que el movimiento MeToo disparara las denuncias de las mujeres, muchos hombres con poder han sido señalados por abusos y agresiones sexuales, como los fotógrafos Terry Richardson, Mario Testino o Bruce Weber. El caso de Gérald Marie, el todopoderoso director de la división europea de la agencia Elite en los años 80 y 90, donde se fraguó el magnífico grupo de supermodelos que aún colea, era un secreto a voces. Por es,o las declaraciones de Linda Evangelista apoyando a las mujeres que le acusan de violación solo han sorprendido a los no iniciados. Defenderle habría sido indefendible.
Gérald Marie ha sido acusado por nueve modelos de violación, con el agravante de que una de ellas era menor de edad. Los hechos sucedieron entre 1980 y 1998, según ha revelado la Brigada de Protección de Menores de París, donde se originaron las primeras investigaciones. Es precisamente el caso de la menor, quien contaba 17 años cuando sucedieron los hechos, el que ha permitido abrir la investigación, pues aún no ha prescrito. Se trata de la actriz Carré Otis, quien le acusa de haberla violado «en innumerables ocasiones» a lo largo de 1986. Otis protagonizó más tarde la película «Orquídea salvaje» (1989) y estuvo casada con Mickey Rourke de 1992 a 1998.
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Como no podía ser de otra manera, Linda Evangelista ha asegurado que no tiene ninguna duda de su testimonio: ella sí les cree. «Durante mi relación con Gérald Marie no supe nada de estas alegaciones, así que no pude ayudarlas», explicó el pasado fin de semana al diario ‘The Guardian’. «Ahora que las escucho y basándome en mis propias experiencias, creo que dicen la verdad. Su testimonio me rompe el corazón, porque sus heridas probablemente no curen nunca, pero admiro el coraje y la fuerza por denunciarlas hoy». Da la casualidad que Carré Otis estaba alojada en casa de Marie y Evangelista, en una habitación de invitados y que este la violaba allí repetidamente.
En aquellos años, Gérald Marie estaba despegando en el negocio de la moda. Aún no habían llegado los años 90, cuando llegó a tener tanta influencia en la industria de la moda como hoy pueda tener Anna Wintour. Desde la división europea de Elite, la prestigiosa agencia fundada por John Casablancas, movía la agenda de las modelos más deseadas: Linda Evangelista, Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Helena Christensen. A lo largo de la década de los 90 dio forma a la leyenda de las supermodelos mientras se labraba una horrible reputación de depredador de jovencitas. Los relatos de las modelos que hoy están denunciando no dejan lugar a dudas: se comportaba como un Harvey Weinsten cualquiera. Abusaba de su poder y cogía lo que podía: violación, sexo oral, penetración con dedos…
Tood el mundo lo sabía. De hecho, alguna modelo ha explicado que la advirtieron de no aceptar una invitación de Gérald Marie a Montecarlo. Los cruceros de lujo que organizaba para millonarios como Adnan Khashoggi no eran más que picaderos flotantes con las chicas como mercancía. Carré Otis es una de las modelos que reconoce haber sido prostituida sin saberlo por Gérald Marie, quien organizaba viajes para las modelos en los que el único trabajo era mantener sexo con hombres ricos. A veces incluso con estilistas y fotógrafos. En aquella época y quizá hasta hoy mismo, este era un requisito para progresar en la profesión de modelo.
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Gérald Marie actuaba con total impunidad y sin que ninguna instancia de poder en la moda o fuera de la moda se atreviera a ponerle coto. La aceptación social de su conducta fue cómplice de sus abusos.De hecho, fue suspendido de empleo en Elite cuando la BBC descubrió que ofreció dinero a cambio de sexo a una participante del concurso de modelos ‘Look of the Year’ y trató de seducir a otras. Sin embargo, la denuncia no prosperó (se llegó a un acuerdo) y él volvió a su puesto en la agencia. Ha seguido en Elite hasta 2011, para pasar en 2012 a Oui Management, una agencia parisina. Por sus manos han seguido pasando jovencísimas modelos, muchas menores de edad, sin que nadie en el negocio haya movido un músculo. Hasta ahora.
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