Hace meses que Carlota Casiraghi se mantiene en un discreto segundo plano, pasando el testigo de ‘icono de estilo’ a su joven prima Pauline Ducruet. Y no es casualidad que la segunda hija de Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet se haya hecho con este título designado por la prensa, pues se dedica a ello. A sus 26 años, Pauline se ha convertido en una prometedora diseñadora de moda que ya cuenta incluso con su propia firma, Alter Design, creada en 2018 después de haber estudiado diseño en la escuela Parson de Nueva York y haber realizado prácticas en Gucci y Saint Laurent.
Hizo su debut con un desfile en la Semana de la Moda de París celebrada en pasado mes de febrero y ahora, en mitad de una pandemia, ha lanzado su nuevo proyecto. Aunque también cuenta con su propia página web de venta online, la hija de Estefanía acaba de inaugurar una tienda pop-up en el Club Náutico de Mónaco, donde ha contado con el apoyo incondicional de su madre y de su hermana pequeña, Camille Gottlieb, que acudieron vestidas con las creaciones de la joven.
Eso sí, como era de imaginar, el precio de los diseños no es apto para todos los bolsillos, pues la chaqueta vaquera que lució su hermana en la inauguración cuesta 450 euros y un vestido similar al que ella llevó está valorado en 650 euros.
Vistiendo a las ‘royals’
Muchos son los que apuntan a que la elegancia que desprenden sus diseños, con cierto toque contemporáneo, proviene del legado dejado por su abuela Grace Kelly, eterno icono de estilo, y de su propia madre, reconocida internacionalmente por su buen gusto. Todo ello sumado a la estrecha relación que la familia real monegasca siempre ha mantenido con la moda. «Mi familia tiene un estilo muy formal, pero siempre chic. Creo que me han influido en esa manera y la genuinidad de Alter viene de una inspiración más de streetwear», reconoció en una entrevista.
Esta no ha sido la primera vez que Pauline ha recibido el apoyo de su familia. De hecho, cuando presentó sus diseños sobre la pasarela no solo estuvieron sus padres y sus hermanos, sino también su prima Carlota Casiraghi, a la que en varias ocasiones hemos visto por París llevando prendas de la firma de su prima. Otros Grimaldi también han lucido sus creaciones en grandes eventos, como la boda civil de su hermano Louis, que tuvo lugar en julio. Tanto Estefanía como la novia, Marie Chevallier, eligieron vestidos creados por la diseñadora para la ocasión.
La sirena de Mónaco
Pero la moda no es el único talento conocido de Pauline. La hija de la princesa de Mónaco y el guardaespaldas dio sus primeros pasos en el mundo de la gimnasia en el 2004, motivada por el hecho de que su madre fuera la Presidenta de la Federación Monegasca de esta disciplina. Bautizada como ‘la sirena de Mónaco’ por la prensa francesa, se quedó a las puertas de participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en su especialidad, el salto de trampolín de tres metros, aunque sí lo hizo representando al Principado en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2010, celebrados en Singapur, donde contó con la presencia de sus padres —ya separados en ese momento— animándola desde las gradas.
Su gran destreza en este campo también es debida al hecho de haber pasado parte de su infancia en una caravana de circo. La compleja vida sentimental de su madre, que tras romper con Daniel Ducruet mantuvo un affair con Franco Knie, domador de elefantes y propietario del Circo Knie, y posteriormente un fallido matrimonio con el acróbata Adans Lopez Peres, llevó a la joven a interesarse por este mundo, llegando incluso a participar en un arriesgado número subida en la trompa de un enorme paquidermo. «Aquellos años me dieron otra perspectiva del mundo y me enseñaron la tolerancia. No se puede soñar con algo mejor. El circo está dentro de mí y siempre lo estará», llegó a apuntar en una ocasión.
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