Pamela Anderson no estuvo casada con el productor Jon Peters ni dos semanas. A los 12 días, decidió que se había precipitado. La famosa vigilante de la playa asegura que tras un “ritual espiritual” se abrió al mundo y ni corta ni perezosa le pidió por mensaje a Peters que se convirtiera en su quinto marido. El productor aceptó encantado y ahora sospecha que la actriz no le quería por su corazón si no por su carrera. Peters asegura que Anderson le pidió que le pagara deudas que ella había contraído por valor de 180.000 euros y que le renovara el armario, que barato no debía ser.
De todas formas, esta no es la primera vez que Anderson, se arrepiente de dar el “sí quiero”. En 2006 se casó con el músico Kid Rock y celebraron su boda en cuatro ciudades. A los cinco meses, firmaban el divorcio.
Pero Pamela Anderson no es la única que se toma a la ligera eso de “hasta que la muerte nos separe”. El récord de las estrellas fugaces en matrimonio se lo llevaBritney Spears, que estuvo desposada 55 horas con su amigo de la infancia Jason Alexander. El 3 de enero de 2004, la pareja contrajo matrimonio en Las Vegas. Lo más divertido es que el efímero marido asegura que les entró ganas de hacerlo después de ver La matanza de Texas. Hay gustos para todo. Aunque tal y como fueron las cosas, les podría haber inspirado Resacón en Las Vegas.
Nicholas Cage es otro ferviente defensor de “lo bueno si breve, dos veces bueno”. Parecía haberlo demostrado con su matrimonio con Lisa Marie Presley, que duró poco más de tres meses. Pero sabía que aún se podía superar. Y lo hizo. En marzo de 2019 se esposó con la maquilladora Erika Koike… durante cuatro días. Parece que llegó a la boda bastante bebido y la resaca debió ser terrible.
Y se ve que se le coge gusto a esto de casarse y divorciarse al poco, porque muchos son los reincidentes. Como Drew Barrimore que con 19 años se desposó con Jeremy Thomas, el propietario de un bar. Jovencita y alocada como era no es de extrañar que la unión no durara ni un año. Sin embargo, ya estaba más talludita cuando se casó con el humorista Tom Green con el que duró menos que con su primer esposo: cinco meses.
Otro matrimonio a cámara rápida, pero, eso sí, inolvidable fue el de Kim Kardashian con el jugador de la NBA Kris Humphries. La unión costó seis millones de dólares, duró dos días, contó con 400 invitados y fue seguida por 10 millones de espectadores, pues se retrasmitió en el reality Keeping Up With the Kardashians. Pero al cabo de 72 días, se les acabó el amor. Y aunque a la empresaria le aconsejaron que siguiera casada al menos un año, por aquello de que no la acusaran de haberse desposado para subir la audiencia, ella desoyó lo que le decían y se divorció.
Otro récord lo tiene Bradley Cooper que allá por el 2006 estuvo cinco meses casado con Jennifer Exposito. Según explicó la actriz y bailarina en un libro de memorias, el día después de la boda se dieron cuenta del error, pero le dieron unos mesecitos al matrimonio, a ver si remontaba. Pero ni así.
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