Meghan Markle y Harry hacen su primera aparición oficial en Los Ángeles desde que comenzó la pandemia

Que Meghan Markle y Harry hayan abandonado la Familia Real británica no significa que hayan desaparecido del mapa. Al contrario, incluso durante el confinamiento que les ha mantenido varias semanas encerrados en su mansión de Los Ángeles; los Sussex han estado muy pendientes de todas las organizaciones benéficas que apoyan tanto a través de mensajes mandados en vídeo como participando en encuentros por videoconferencia.

Pero ahora que entramos en la nueva normalidad, quedarse dentro de casa ya no era una opción para el matrimonio. Y aunque al principio de la crisis sanitaria ayudaron en secreto a una asociación que repartía comida entre las personas necesitadas, hoy la pareja ha hecho por fin su primera aparición pública presencial.

Según acaba de hacerse público, Meghan y Harry visitaron ayer Homeboy Industries, una organización dedicada a mejorar la vida de jóvenes que han estado en prisión por haberse relacionado con bandas callejeras a los que se les da ayuda profesional, educación, asistencia legal y posibilidad de participar en programas para superar la adicción a las drogas

Una de las maneras de conseguirlo es enseñarles la profesión de cocinero, justo el taller que la pareja ha visitado para conocer de cerca la labor que están realizando allí estos días donde, además de aprender un oficio, también están elaborando menús que después se reparten entre la población mayor afectada por la crisis sanitaria que no tiene acceso a alimentos.

Allí, siguiendo en todo momento el protocolo de seguridad, es decir, ataviados con mascarillas y protección que hacen casi imposible reconocerles; tanto Harry como Meghan trabajaron como uno más de la cocina a la vez que se interesaron por la historia de esta asociación benéfica fundada hace más de 30 años por un religioso.

Que esta haya sido su primera salida oficial da una buena idea de cuáles son los planes futuros del matrimonio, que de momento piensan aprovechar su estatus privilegiado para colaborar y dar voz a acciones benéficas que denuncien la injusticia social y racial, además de apoyar campañas para pedir la igualdad de género, la promoción de la salud mental y, por supuesto, proteger el medio ambiente.

Fuente: Leer Artículo Completo