Maisie Williams comenzó a interpretar a Arya Stark cuando solo tenía 11 años. Juego de Tronos se convirtió en una constante durante toda su adolescencia; se podría decir, que como le ocurre a otros actores que vemos crecer en pantalla, la actriz británica dejó de ser una niña para convertirse en una adolescente y después en una joven, delante de millones de testigos.
Ahora, Williams tiene 22 años, pero sigue recordando lo que supuso para ella pasar por todos esos cambios físicos delante de la cámara. “Sobre la temporada dos o tres, mi cuerpo empezó a madurar y me convertí en una mujer, pero Arya seguía tratando de hacerse pasar por un chico”, reconoció la actriz a la edición estadounidense de la revista Vogue.
“Tenia el pelo muy corto y me manchaban constantemente con tierra la cara y la nariz, así que tenía un aspecto muy robusto y masculino…”, recordó. “Además, me ponían una banda alrededor del pecho para disimular cualquier crecimiento y eso era horrible y ocurría durante seis meses al año. Durante un tiempo, me hizo sentirme avergonzada”.
Ahora, Williams ha dejado atrás esa etapa de su vida y ha participado en proyectos tan importantes como Los Nuevos Mutantes. “En esta nueva fase, me gusta ir más femenina y marcar cintura, y ya sabes, abrazar mi cuerpo”. Aun así, la actriz ha reconocido que la juventud es un valor fundamental en su industria. Lamentablemente.
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