• ‘Sálvame’: te contamos los momentos más tensos del programa

¡Lydia Lozano se ha descubierto en ‘Sálvame’ como la reina de la seducción! La colaboradora ha mostrado sus mejores armas para conquistar al público masculino, asegurando que no había hombre que se la resistiera. Todo comenzó cuando recordó que se casó a los 28 años después de haber tenido una existencia “muy vividita”. «No os caséis sin haber vivido antes. Llega un momento en que dices: ‘Ya no, me aburre’. Yo he vivido todo tipo de emociones en mi vida. He estado con lo peor y con lo mejor hasta que dije esto es lo que quiero«, afirmó rotunda. Unas palabras que dejaron ojipláticos al resto de sus compañeros, los cuales quisieron saber más acerca de su alocada vida de juventud.

«He viajado sola, te abre la mente. He estado en Miconos, en México, en Italia… Eso es una maravilla porque no le tienes que dar explicaciones a nadie. Imagina que vas con una amiga y estás en una barra y me gusta Alonso. Entonces, comienzo a ligar con él”, dijo ante la sorpresa de Caparrós. “Lo primero que hago para ligar es invitar a una copa. Antiguamente, te decía el camarero: ‘Dice el caballero que le invita a una copa’. Yo siempre le decía, si me gustaba, que tenía tarjeta y que yo me la pagaba. Yo ya daba por hecho que si aceptaba la copa tenía que darle un beso», rememoró, dando a entender que siempre le ha gustado ser una mujer autosuficiente que no depende de un hombre.

Sobre cuál es su principal secreto a la hora de conquistar a un hombre, la colaboradora confesó que la risa. “La risa y si veo que tiene buen humor… No podría estar con un sieso. Reírme, vacilar… Yo vacilo mucho. Si yo vacilo y el chico no me sigue, me voy al cuarto de baño y me voy», indicó.

Clase práctica

Rafa Mora señaló convencido que los ojazos de Lydia también tienen algo que ver a la hora de tener tanto éxito. “Claro que he utilizado mis ojos, el pelo…”, replicó Lozano mientras se tocaba la cabellera. Acto seguido, Carlota Corredera le sugirió a Lydia que pusiera en práctica todo lo dicho e intentara conquistar a la cámara. ¡Y dicho y hecho! La periodista, tal y como definieron sus compañeros, se montó una auténtica “película” y confabuló sobre una posible conversación con el chico de la barra antes citado. ¿El resultado? Acabaron quedando al día siguiente para descubrir una playa cercana…

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