Esta mañana, la princesa Leonor y la infanta Sofía desafiaron el frío madrileño con sendos abrigos de querencia sesentera con botones en forma de perla y cuello mao, firmados por Carolina Herrera, como la capa que llevó doña Letizia. Una vez más, las royals habían elegido vestirse a juego; un empeño recurrente por parte de sus padres desde que las niñas eran pequeñas, con el propósito de ser lo más equitativos posibles con ambas, a pesar de que la mayor de las dos es la heredera a la Corona.

El diseño está en los detalles y, esta vez, las dos jóvenes, que se decantaron una vez más por un zapato plano, decidieron marcar la diferencia a la hora de calzarse. Leonor prefirió unas bailarinas rojas de Carolina Herrera; también conocidas como mary janes, que están haciendo furor entre las prescriptoras de tendencias, y su hermana menor escogió unas manoletinas negras de Pretty Ballerinas, una marca de calzado que vende 2.000 pares de zapatos al día en 85 países desde su sede en Ferrerías, Menorca.

Ya dentro del Congreso de los Diputados, adonde acudieron para asistir a la solemne ceremonia de apertura de la XIV Legislatura, descubrimos que sus estilismos eran diferentes. Leonor optó por un vestido de tweed con chaqueta a juego de color rojo (un diseño que ya había lucido en los Premios Princesa de Girona), y la infanta Sofía prefirió un diseño más informal y juvenil de color blanco, con estampado de cuadros negros, y con un lazo del mismo color.

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