Llevaban meses preparándolo todo. Mucho antes de que el príncipe Enrique y Meghan Markle anunciaran su intención de dejar de ser miembros sénior de la realeza británica, de llevar una vida y unas finanzas independientes y de residir con un pie en el Reino Unido y otro en Norteamérica, el matrimonio y su equipo trabajaban con discreción en su estrategia. Y ahora, parece evidente que no lo hacían solos. Según la prensa británica, el matrimonio Trudeau estaba al tanto de sus intenciones desde hacía semanas.
No parece casual, por ejemplo, que en noviembre el primer ministro canadiense nombrara un nuevo secretario para la reina Isabel II, a pesar de que era un puesto que permanecía vacante desde hacía tres años. El elegido fue el funcionario público Donald Booth, cuyo trabajo consistirá en actuar como vínculo institucional y canal de comunicación entre la corona británica y el gobierno del país, que pertenece a la Commonwealth. Pero ese no es el único indicio de que los Trudeau sabían lo que iba a pasar. Cuando los Sussex anunciaron que se tomaban seis semanas de vacaciones y no celebrarían la Navidad en el Reino Unido junto a la familia real, Trudeau desveló de manera indirecta y a través de Twitter que su destino sería Canadá: «Estáis entre amigos y siempre seréis bien recibidos aquí». Unas palabras que cobran un significado especial ahora.
Según fuentes diplomáticas citadas por el Daily Mail, los Trudeau fueron consultados por los Sussex sobre su intención de mudarse al país, donde la propia Markle vivió durante años mientras trabajaba en la serie ‘Suits’. De hecho, es de sobra conocido que los Sussex y los Trudeau mantienen una buena relación, y que Meghan Markle y la primera dama canadiense son buenas amigas. Tienen, además, una amiga en común. La estilista Jessica Mulroney es íntima de la actriz, pero también de Sophie Trudeau, para la que ha trabajado. Aunque el primer ministro no ha aclarado si Canadá se hará cargo de la seguridad del matrimonio cuando estén en su territorio, sí ha declarado su buena disposición a acogerlos. «Creo que la mayoría de los canadienses son muy partidarios de que estén aquí, pero cómo se haga y qué tipo de gastos conlleve aún tiene que ser debatido», ha explicado Trudeau.
Fuente: Leer Artículo Completo