La de este domingo no va a ser una noche más para Taylor Swift. La cantante se convertirá en la gran protagonista de la noche de los American Music Awards, que quieren premiar y poner en valor los 10 años que lleva ya trabajando (y destacando) en la industria. Sin embargo, había una sombra que amenazada con enturbiar su ‘show’.
Concretamente la del litigio (que puedes recordar entero aquí) con el que fuera el productor de sus seis primeros álbumes, Scott Borchetta, y Scooter Brown, a quien el primero vendió los derechos de los temas de Taylor. Estos le impedían tocar en directo en televisión (algo que sucederá el domingo), puesto que consideraban que sería como regrabar las canciones, algo que, por contrato, parecía no estarle permitido.
Ante lo que consideraba un robo de su propia obra, Swift emitió un comunicado en su Twitter que obtuvo la respuesta de los dos magnates del mundo de la música, asegurando que habían tratado de mantener una reunión con ella y que siempre se había negado. Una papeleta que, con la gala de los AMA a la vuelta de la esquina, parecía complicada de solucionar a tiempo.
Pero se ha conseguido desbloquear la situación. Tal y como ha informado TMZ, Big Machine, la discográfica de Brown, y Dirk Clark Productions, la empresa que produce la gala de los American Music Awards, han llegado a un acuerdo para que pueda cantar sus canciones antiguas y que la gala pueda ser grabada y distribuida en diferentes formatos.
En la nota de prensa que han distribuido desde los AMA, advierten además que «los artistas no necesitan la aprobación de los sellos para actuar en directo en televisión, sino solo para las grabaciones de estos artistas y para determinar su distribución».
Cierto es que no parece haber ganado la guerra, pero sí una batalla que permitirá que brille como la estrella que es y por lo que ha sido reconocida a pesar de su juventud.
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