La viuda de José Antonio Reyes le recuerda en el primer aniversario de su muerte

Ha pasado un año y aún no se han determinado las causas exactas que llevaron a que José Antonio Reyesperdiera la vida en un fatal accidente de tráfico. Al menos, no han trascendido al público. Lo que si conocemos es ese dolor inmitigable de su mujer, Noelia López, que ayer quiso honrar la memoria del futbolista con un particular homenaje en su cuenta e Instagram.

Noelia rescataba un puñado de imágenes junto a él para hacer un montaje en el que se escucha a Pitingo de fondo. Además, escribía un relato con el que revelaba los detalles de esa historia de amor truncada en una carretera el 1 de junio de 2019. Unas palabras muy emotivas que causaban un revuelo de emociones en las redes sociales.

«Por siempre. Cuentan que un viajero cruzando el desierto vio a un hombre pensativo sentado al pie de una palmera, junto a sus camellos cargados. El viajero supuso que era un mercader de objetos de valor y que se dirigía a vender sus joyas, perfumes y tapices a alguna ciudad vecina», comienza antes de dar paso a un diálogo.

«Como llevaba demasiado tiempo sin hablar con alguien, se acercó al mercader pensativo y le dijo:

-Buen amigo, ¡salud! pareces muy preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo?

-¡Ay! -respondió el mercader- Me encuentro muy afligido porque acabo de perder la joya más valiosa de todas…

-Bueno, la pérdida de una joya seguro que no es gran cosa para ti. Llevas gran cantidad de ellas en tus camellos y seguro que no te costará reponerla.

-¿Reponerla? -exclamó el mercader- ¡Si fuera tan sencillo! No conoces el valor de mi pérdida

-¿Cuál es la joya que has perdido?- preguntó el viajero.

Una joya como ninguna otra, que no volverá a hacerse jamás. Se encontraba tallada en un pedazo de piedra de la vida y realizada en el taller del tiempo. Sus adornos eran veinticuatro piezas brillantes, agrupados a su alrededor sesenta más pequeños… Es imposible que se llegue a reproducir otra joya con similares características.

-Debía ser preciosa, sí – expresóel viajero – Pero, con mucho dinero ¿no podrías hacerte otra igual? .

-La joya perdida era un día… Y un día que se pierde, no vuelve a encontrarse... Y nos regaló sus días»

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