- Doña Letizia continúa con su agenda y poniendo el foco en los colectivos más vulnerables como son las personas con problemas de salud mental.
- Un alto porcentaje de población con parálisis cerebral ha vuelto a convivir durante el estado de Alarma con familiares mayores que también son colectivo de riesgo.
- La Familia Real Española se ha mostrado muy implicada en la crisis sanitaria.
Doña Letizia se ha reunido este jueves a través de videoconferencia con de la Red Estatal de Mujeres Salud Mental España. Dicha entidad ha informado a la Reina del doble estigma y de los riesgos que estas personas están sufriendo durante el confinamiento a causa del estado de alarma. A través de una reunión virtual la Reina se ha mantenido un encuentro con Manuela Muro (presidenta de ASPACE), Agustina Borrás (presidenta de ASPACE Madrid) y Juan Manuel Domínguez (presidente de la Asociación “El Despertar”) que han informado de las dificultades agravadas de las personas que padecen parálisis cerebral ante el COVID-19.
En estos momentos se encuentran cerrados todos los servicios que ofrecen las entidades de atención a personas con parálisis cerebral, a excepción de los residenciales, y además, en éstos se han cancelado las plazas temporales o de respiro y algunos residentes han optado por regresar al domicilio familiar.
La Reina, con los enfermos de parálisis cerebral. En videoconferencia, los presidentes de @ConfeAspace @ASPACEMadrid y la Asociación “El Despertar” le han explicado las dificultades agravadas de las personas que padecen parálisis cerebral ante el #COVID19 pic.twitter.com/h3yXl3L4RL
Servicios como atención temprana, diagnóstico y valoración, educación, formación de adultos o habilitación y rehabilitación, se encuentran suspendidos. Esto impide que puedan ser desarrollados tratamientos esenciales, como fisioterapia respiratoria, logopedia o intervenciones para reforzar el control postural, entre otros, siendo especialmente preocupante en el caso de los usuarios de atención temprana y de aquellos con alteraciones de conducta o afectaciones de salud.
Debido al cierre de los centros, un alto porcentaje de población con parálisis cerebral ha vuelto a convivir durante el estado de Alarma con familiares mayores que también son colectivo de riesgo, lo que les hace doblemente vulnerables.
Los Centros Especiales de Empleo también se están viendo afectados en mayor o menor medida según el tipo de actividad y las características de los trabajadores, muchos de los cuales están dentro del grupo de riesgo. Existen enormes carencias en cuanto a Equipos de Protección Individual (EPIs), productos para la desinfección y otros materiales de prevención, no solo necesarios para los centros residenciales sino también para las personas con parálisis cerebral que están confinadas y para sus familias.
En los servicios residenciales, además de la falta de EPIs están surgiendo problemas de carencia de personal si algunos trabajadores deben permanecer en cuarentena o se encuentran de baja. Se está intentando suplir con la participación en la residencia de trabajadores de otros servicios o personal voluntario.
La parálisis cerebral es una pluridiscapacidad causada por una lesión en el cerebro producida antes de que su desarrollo y maduración sean completos que afecta a 1 de cada 500 personas y es la causa más frecuente de discapacidad física en menores. En el mundo hay 17 millones de personas con parálisis cerebral y en España viven 120.000. Las personas con parálisis cerebral son un colectivo especialmente vulnerable ante el COVID-19 pues la lesión afecta a funciones como la atención, la percepción, la memoria, el lenguaje y el razonamiento; 1 de cada 3 es incapaz de caminar, 3 de cada 4 experimentan dolor, 1 de cada 4 es incapaz de hablar, 1 de cada 4 tiene problemas de conducta, 1 de cada 10 tiene discapacidad visual severa, etc. Y todos estos factores asociados pueden combinarse o sumarse en las personas afectadas.
Casi el 80% de las personas con parálisis cerebral y otras discapacidades afines tienen grandes necesidades de apoyo. Son personas que presentan limitaciones en la actividad o en la participación, que dificultan su implicación en su desempeño para la vida diaria y el ejercicio de sus derechos como ciudadanos. Son personas con necesidades de apoyos generalizados, también sanitarios. Estos apoyos, caracterizados por su estabilidad y elevada intensidad, son proporcionados en distintos entornos y resultan necesarios a lo largo de toda la vida. Esta crisis los ha interrumpido en su gran mayoría.
Las entidades integradas en Confederación ASPACE cuentan con 20.700 personas asociadas, 5.300 profesionales y cerca de 1.700 voluntarios/as en 85 entidades y en 230 centros de atención directa.
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