La princesa Aiko de Japón celebra su graduación con mascarilla

El paso del instituto a la universidad de la princesa Aiko de Japón quedará marcado para siempre, de la misma forma que el de muchos otros adolescentes que se gradúan del instituto en este 2020, por la crisis del Covid-19. Estudiantes hincando codos a distancia y ceremonias de graduación que penden de un hilo. La de la hija del emperador de Japón podría haberse suspendido, pero las alumnas de la escuela Gakushuin para niñas de secundaria y bachillerato de Tokio, finalmente, han podido celebrar el final de su etapa como estudiantes del centro.

En Japón la situación está bastante más controlada que en el continente europeo. El virus llegó antes al país y los colegios han permanecido cerrados desde el 25 de febrero, pero ahora el gobierno ha permitido que se celebren ceremonias de graduación como esta. En un principio se esperaba que todos los asistentes llevaran mascarillas, pero a juzgar por las fotos no parece haber sido la norma. La princesa Aiko de Japón, principal protagonista del evento, sí que ha decido llevar una de manera personal. Una medida muy responsable que protegería al resto de contagiarse en el caso de que ella fuera portadora del virus. Si todo el mundo la llevara, bajarían los contagios, aunque ahora son un bien muy preciado.

La princesa se ha mostrado atenta con los medios, posando para ellos y respondiendo a las preguntas que le hacían. “He experimentado mucho y he tenido una vida escolar muy agradable y satisfactoria”, confesaba. También saludó a las personas que acudieron a verla.

Los padres tenían permitido acudir a la ceremonia, pero el emperador Naruhito y la emperatriz Masako han preferido quedarse al margen. Seguramente, una decisión marcada por su sentido de responsabilidad social, pues en un comunicado oficial afirmaron tener la mente puesta en todas aquellas personas que luchan contra el virus y las dificultades por las que pasan.

Tras la graduación y cuando comience el mes de abril, la princesa Aiko de Japón iniciará su andadura universitaria, en la universidad con el mismo nombre, Gakushuin. Es la misma en la que estudió su padre y ha escogido también el mismo grado que estudió el emperador: Lengua y Literatura Japonesa. La princesa, sin embargo, no será educada de la misma forma que su padre, puesto que ella no puede acceder al trono del país; la ley vigente impide el acceso a las mujeres.

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