Cuando Don Juan Carlos anunció su marcha de España, una de las primeras incógnitas que nos acecharon fue qué pasaría con Doña Sofía. ¿Le acompañaría la reina? ¿Cambiaría su vida? Lo cierto es que la huida del rey emérito a Santo Domingo poniendo un océano entre ambos es solo la distancia física que necesitaba el matrimonio para oficializar (sin documentos que lo prueben) su separación.

La vida de la reina no cambiará: seguirá viviendo en Zarzuela, bajo la protección de su hijo Felipe VI y comenzará una nueva normalidad acompañada de su hermana Irene con la que se encuentra en estos momentos en Palma de Mallorca, pasando sus vacaciones en el Palacio de Marivent. Ayer la reina fue vista en un centro comercial del destino vacacional, al que acudió con su hermana en un coche oficial. La reina saludó a los medios desde lejos, haciendo su primera aparición pública desde que se conoció la noticia el domingo pasado.

Su hermana y ella viajaron en coches separados y su paseo fue muy corto y estaba destinado a hacer unos compras. No se sabía nada de la reina desde el domingo, y mientras las informaciones sobre la circunstancias que elvuelven al rey se desvelan poco a poco, ella se mentiene ajena al escándalo y se refugia en su hermana, uno de sus más grandes apoyos.

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