Este es, sin duda, el‘annus horribilis’ de la casa real española, debido a la salida del rey Juan Carlos. La situación no tiene precendentes, aunque el núcleo central de la familia real, formado por Felipe, Letizia, Leonor y Sofía se esfuercen para mostrar una imagen de veraniega normalidad en Mallorca. La prueba de la excepcionalidad de este momento la encontramos en el comportamiento de la reina emérita emérita, probablemente la más afectada en lo personal e institucional por estas circunstancias.
Ahora mismo, la reina Sofía está en el foco de todos. Paparazzi y fotógrafos esperaban captar esta semana pasada la inagen más feliz del verano: a la reina emérita de paseo con sus nietas Leonor y Sofía. El momento no se ha producido. Ni parece que vaya a suceder: está previsto que los Reyes abandonan Mallorca hoy y se llevan con ellos a sus hijas.
Llegó a Mallorca el pasado 27 de julio, más tarde de lo acostumbrado, pero, como siempre, unos días antes que el resto de la familia para terminar de poner en marcha Marivent. El día 6 de agosto hizo su primera salida con total normalidad: acompañada por su inseparable hermana Irene, realizó unas compras protegida por la mascarilla de rigor. Se dejó fotografiar, como siempre, saludando a todo el mundo. Su actitud serena y sonriente anunciaba larepetición de la rutina vacacional de todos los años: un paseo con sus nietas Leonor y Sofía por algún mercadillo, alguna compra en el centro de la ciudad… Sin embargo, no hemos vuelto a verla más.
¿Por qué la reina Sofía, habitual de las tiendas de la calle Jaume III, de mercadillos y actos benéficos, no sale del palacio mallorquín? Ni siquiera ha acudido a una de las citas ineludibles de cada uno de sus veranos: el concierto en beneficio en favor de la asociación Proyecto Hombre que se celebró en el castillo de Bellver. La situación de pandemia que vivimos no favorece la situación y se podría apuntar la cuestión: ¿se están tomando medidas de aislamiento preventivo con la reina emérita?
El ocultamiento de la reina Sofía está disparando todo tipo de hipótesis. Una de ellas apunta a que, con su reclusión, se trata de evitar a la reina emérita la incomodidad de las incesantes preguntas que periodistas y ciudadanos están dirigiendo (cada vez con más desparpajo) a todos los miembros de la familia del Rey que salen a la calle. Puede que Casa Real trate de proteger a Sofía de las grandes incógnitas del verano. O puede que la reina prefiera la compañía de su hermana Irene, que no la ha fallado nunca, mientras disfruta de sus nietos en la intimidad.
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