La disputada herencia de Isabel Presyler: así es cómo Chábeli Iglesias, Tamara Falcó y Ana Boyer superan la alargada sombra de su madre

Es la reina de una España que no renuncia a su bandera. De hecho, lsabel Preysler lleva más años en su trono que la mismísima reina Sofía: medio siglo. Su noviazgo y boda en 1971 con el internacionalmente famoso Julio Iglesias la convirtió en la reina de corazones, favorita en las cenas del embajador e inspiradora de los alicatados más exquisitos del continente. Y ha cenado con reyes, príncipes y magnates, pero, además, se ha casado con un cantante, un ministro, un aristócrata y un premio Nobel.

Se la rifan las portadas, las firmas de moda, las clínicas de estética y las relaciones públicas. Imposible no ya superar, sino igualar la increíble biografía de Isabel Preysler, una alargadísima sombra de la que sus tres hijas, Chábeli Iglesias, Tamara Falcó y Ana Boyertratan de superar. ¿Cómo? Triunfando donde su madre no pudo.

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El 3 de septiembre de 1971 venía al mundo la primera hija de Isabel Preysler, María Isabel, a la que todos conocemos como Chábeli. La princesa de corazones lo tenía todo para suceder a su madre, de la que era prácticamente un clon: incluso tenía su propio acento británico-pijo. No siguió, sin embargo, sus pasos. En vez de practicar el mismo silencio misterioso que su progenitora, se prodigó por programas de televisión con mucho peligro y terminó protagonizando una escena que ya es historia de la televisión rosa. En 1997, zanjó una incómoda entrevista en ‘Tómbola’ con la mítica frase “¡Esta gente es gentuza!”, y desapareció en el horizonte. Su manera de superar la alargada sombra materna fue emigrar al último confín (Palm Beach, Miami) y formar una familia con mansión, a salvo de los focos.

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Tamara Falcó fue el ojito derecho de su padre, el fallecido marqués de Griñón, segundo marido de Isabel Preysler. Nació diez años después de Chábeli, en 1981, y vivió a la sombra de dos verdaderas hembras alfa. Tuvo que ser difícil encontrar un sitio entre tanta personalidad. De hecho, no podemos pensar en una llamada de atención más contundente que engordar, trance por el que tendrá para siempre nuestra simpatía. Por eso, y por estrellar su coche contra un escaparate del centro de Madrid debido a un despiste. ¿Es esta la misma chica que poco después desvelaba la intensidad de su fe y su afición a las misas? La misma.

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Por suerte (para ella), Tamara Falcó ha encontrado su sitio en el linaje Preysler y lo ha hecho gracias al verdadero caballo de batalla de su madre: la televisión. En 1998, Isabel Preysler estrenaba ‘Hoy en casa’, un programa desastroso en el que no pudo lucirse ni como anfitriona ni como presentadora. Duró nada en la parrilla de Telecinco y desapareció sin dejar rastro. El gran fracaso de la reina de corazones ha sido el grandísimo éxito de Tamara: triunfó en la cuarta edición de MasterChef Celebrity y desde entonces ha encadenado los programas de televisión. De momento su romance con la audiencia puede ser de tipo etnográfico: observar en vivo y en pantalla a una especie más bien escasa. Pero en cualquier momento puede dar una sorpresa y mejorar.

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Hubo un momento justo antes de la resurrección de Tamara Falcó en el que las esperanzas de relevo generacional en el trono rosa recayeron en Ana Boyer. Millennial del 89, fue la hija única de Isabel Preysler y Miguel Boyer, entonces ministro de Economía. Fue considerada el ‘cerebrito’ de la familia, y de hecho estudió Derecho, y Administración y Dirección de Empresas en ICADE con muy buenasnotas y trabajó en el despacho Uría & Menéndez, uno de los bufetes de abogados más importantes de la capital, donde ya había hecho prácticas en Derecho Mercantil durante el verano de 2012.

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Al final, Ana Boyer ha optado por un justo medio entre la vida de Chábeli y la de Tamara. Pudo haberse desmarcado totalmente de la herencia materna destacando en la élite de la abogacía, pero su hermano Enrique le presentó al tenista Fernando Verdasco en un concierto y lo dejó todo por amor. Digna hija de su madre. Tiene dos hijos y vive en Doha, pero se ha sacado la espinita del mundo profesional lanzando una marca de accesorios llamada Cocowi. No la vemos como ama de casa y anfitriona para los restos ni tampoco en la farándula, como su hermana. Su destino es el más interesante, por desdibujado. Tiempo al tiempo.

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