No ha sentado nada bien en el seno de la organización de ‘Supervivientes’ la crítica recibida de Ivonne Reyes, que considera que su hijo Alejandro, segundo expulsado de esta edición del ‘reality’, no ha tenido un trato justo. O, al menos, señalaba un agravio comparativo hacia él y los concursantes que quedaron fuera después, con respeto a Bea Retamal, que llegó a España antes de que estallara la crisis sanitaria y el cambio de dinámica del espacio.
Anoche se celebró una nueva entrega de ‘Límite 48 horas’, marcada por la salvación de Jorge Pérez, uno de los nominados de la semana, y por una ausencia más que significativa en el plató. Los responsables invitaron a este debate a todos los expulsados de ‘Supervivientes 2020’… menos a Alejandro Reyes.
La teoría que se baraja con más fuerza, es clara: la decisión se ha tomado en base a las fuertes críticas de la venezolana, que no han sido aceptadas con agrado en los despachos de Mediaset. Máxime cuando trabajaron en su día para que madre e hijo pudieran contactar y comprobar que estaban bien, y para repatriar a Alejandro (junto a Vicky Larraz y Cristian Suescun) el pasado 28 de marzo, superando todas las barreras que se han levantado para restringir los movimientos a nivel mundial.
Es cierto que Ivonne borró el tuit en el que elevaba sus quejas: «Sin explicación, sin bienvenida, sin vídeos… Los seguidores de ‘Supervivientes’ queremos ver la cara amable del concurso, que también existe. Estos concursantes también lo dieron todo y más. Un mínimo de consideración». Tarde. Las consecuencias para su hijo, parecen más que notorias.
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