A finales de mayo, María Pombo se dirigía a sus seguidores, tras una ausencia demasiado larga para lo que nos tiene acostumbrados, y desvelaba el misterio de a qué se debía ese silencio. Unos hormigueos en sus extremidades habían llevado a la ‘influencer’ a, atemorizada por la sombra de la esclerosis múltiple que padece su madre, hacerse unas pruebas médicas.
Ella misma indicó que se trataba de una mielitis, una inflamación de la médula que, en ocasiones, es antesala de esa temida esclerosis. Y si bien es cierto que habíamos dejado ahí el tema, dando por hecho que María proseguiría con tranquilidad con el tratamiento médico, lo cierto es que esta no está confiada de que no haya ‘algo más’.
Sus últimas declaraciones, aunque esperanzadoras, abren la puerta a recibir noticias de que la dolencia sea otra. Porque aún no tiene los resultados definitivos, tal y como ella misma ha manifestado: «No me han dado los resultados, están siendo las semanas más largas de mi vida».
Están siendo las semanas más largas de mi vida»
«Puede ser que los médicos no tengan un diagnóstico claro. Habiendo empezado con una mielitis y que no tengan el resultado definitivo pues me da una pequeña esperanza a que no vaya a más o que no esté muy avanzado», ha añadido Pombo, que cuenta con el respaldo incondicional de su marido, Pablo Castellano, y que es consciente de que la mudanza que acaba de realizar puede haberle causado fatiga de más.
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