Cuando Gerard Piqué pensó en darle una vuelta a la Copa Davis, no era solo en lo deportivo. No hay nada más que ver la espectacularidad que le dio al previo de la final, celebrada ayer y con victoria de España, con una actuación musical con la que calentar motores y poner en pie al siempre comedido público de este deporte.

A las 16.30 de la tarde, salía a escena Shakira. Sí, su pareja y madre de sus hijos. Sí, de quien se ha dicho, en el último año hasta la saciedad que estaba en crisis con el futbolista. Una manera apoteósica de tapar todas esas fotos y, de paso, de hacer que la colombiana reapareciera sobre un escenario y para hacer por lo que lleva décadas arrastrando uba legión de fans: cantar.

La colombiana con el movimiento de cadera más famoso, eligió para esta puesta en escena en La Caja Mágica de Madrid, varios temas de su repertorio clásico, como ‘Una loba en el armario’, pero también interpretó, por primera vez, ‘Tutú’ junto a Camilo y Pedro Capó. Un ‘show’ de luces, baile y sonido al que siguió el tenis, del que difrutaron, entre otros, el Rey Felipe VI o el Ministro d3 Cultura y Deporte, José Girao.

Muy cerca de ellos siguió la cantante ese España-Canadá. A dos butacas del Monarca, en el palco presidencial, no pudo evitar hacer gestos a sus hijos, que seguían la final desde otra grada. Un comportamiento que terminó por acabar con la paciencia de un Piqué que tuvo que pedirle que parase, al no considerarlo propio del lugar que le había dado.

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