Está en uno de los momentos más dulces de su vida aunque la pandemia le ha dejado prácticamente sin ingresos. Aún así, Kiko Rivera no deja de luchar para que todas las piezas de su vida encajen. Y lo está consiguiendo. Centrado en la música —acaba de sacar al mercado su nuevo single, ‘Amiga mía’, junto a Rasel— cuenta los tic tac del reloj que le quedan para volver a los escenarios. Será pronto, pues ya hace muchos años que encontró en las tablas la seguridad y el arrojo que tanto buscaba.
La música es el refugio al que acude cuando la vida aprieta, cuando sus haters intentan destruirle con una persecución mediática agotadora: «llevo 18 años siendo independiente«, dice a ‘Hoy Corazón’. Y, ante los envites más dolorosos, dibuja una sonrisa que parece imborrable desde hace unos días cuando Jessica Bueno, la madre de su hijo mayor, le comunicó que regresaba a España. Su marido, el futbolista Jota Peleteiro, ha fichado por el Alavés después de pasar más de tres años en la lluviosa Inglaterra: «Viaje en familia a un nuevo destino. Nueva vida, nuevas aventuras, nuevas ilusiones. Volvemos al norte y no podemos sentirnos más felices«, compartía Jessica en su perfil de Instagram.
La noticia ha caído como una bendición en casa de Kiko Rivera. Todos están felices y expectantes, sobre todo las pequeñas Ana y Carlota que echan de menos a su hermano mayor, el protector. Padre por encima de todo, para Kiko no ha sido fácil pasar tanto tiempo alejado de su hijo. Aunque Francisquito volaba a Sevilla con cierta frecuencia, la distancia es incómoda. Así lo explica en las que son sus primeras declaraciones tras hacerse pública la nueva realidad: «Todo lo bueno que le pase a la madre de mi hijo, a mi hijo y a su familia a mí me hace feliz, independientemente que sea en España o fuera. Pero tengo que admitir que si es nuestro país, mucho mejor«. Contenido, pero con la voz quebrada de la emoción, tiene muchas ganas de poder pasar más tiempo junto a Francisquito, de seguir viéndole crecer y de compartir con él momentos y sueños.
También Isabel Pantoja, la abuela de España, está pletórica con el regreso de su nieto mayor. Sabe que a partir de ahora será más fácil poder estar junto a él y se muestra agradecida por todo lo bueno que le está trayendo la recta final del año. Isabel fue parte y arte en el acercamiento de Kiko y Jessica.
Atrás quedan los días en los que el artista y la modelo protagonizaron sonados enfrentamientos. La juventud y los malos consejos de quienes revoloteaban cerca de la expareja les llevaron a tomar decisiones que, analizadas con perspectiva, fueron más bien mayúsculas equivocaciones. Ahora tienen un trato cordial y mantienen conversaciones en la que no hay reproches, sino soluciones. Tanto es así que, incluso, Jessica tiene una buena relación con Irene Rosales. El tiempo es el mejor juez.
Fuente: Leer Artículo Completo