Kate Middleton sabe que cada uno de sus estilismos será analizado con lupa cada vez que acude a un evento público. El día de Navidad, para asistir a la tradicional misa que cada año se celebra en Sandringham, y a la que acuden la mayoría de los miembros de la familia real británica, la royal escogió un abrigo largo de lana rizada en color piedra con cuello y puños de piel de Catherine Walker y un tocado en color verde botella de Lock Hatters con zapatos y cartera de mano del mismo tono, ambos de Emmy London.
Junto a ella iba su hija, la princesa Charlotte, que llevaba un abrigo del mismo tono que la duquesa, de la firma española Amaia Kids. Era la primera vez que la pequeña asistía a esta cita, como su hermano mayor, el príncipe George, que también se estrenaba en esta tradición royal. Y gracias a la presencia de los niños y a la ausencia de Meghan Markle y el príncipe Harry, que están disfrutando de seis semanas de vacaciones fuera de Gran Bretaña, el protagonismo de Middleton volvía a compararse al de hace unos años.
Pero a pesar de que los medios de todo el mundo elogiaron el estilismo de la duquesa de Cambridge, lo cierto es que ella no se sintió tan satisfecha con la elección como todos habíamos imaginado. Ahora, una fan de la royal reveló cuáles habían sido las quejas de Middleton durante el día en cuestión. “Kate estaba hablando con mi hija sobre la ropa y le contó que tenía demasiado calor. Le dijo, ‘No debería llevar esto’”, recogió el medio británico Metro UK. “Estoy aquí hablando con Charlotte sobre muñecas, y mi hija está hablando sobre moda con Kate. No era falsa; era una conversación real. Duró un minuto, pero ella se adaptó completamente a mi hija. Era como hablar con una amiga. Son totalmente diferentes con la gente [que con la prensa],” zanjó esta testigo.
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