¿Llegará la normalidad absoluta alguna vez, de nuevo, a las vidas de Iker Casillas y Sara Carbonero? Con las vicisitudes de salud aparentemente superadas (no se puede nunca cantar victoria, ni con una enfermedad coronaria ni con un cáncer) ahora, en medio de la calma que se preveía, su casa ha sido registrada.
Era ayer por la tarde cuando las autoridades irrumpían en el domicilio del portero en Oporto, donde residen desde que fichara por el equipo del mismo nombre, dentro de la investigación que ha iniciado la Oficina del Fiscal General como parte de una macroperación contra un presunto delito de fraude fiscal en el mundo del fútbol (y en el que también estaría implicado Jorge Mendes, amigo íntimo de Cristiano Ronaldo).
Una redada que llega en un momento pésimo, ya que Casillas presentaba hace unos días su candidatura para presidir la Real Federación Española de Fútbol. ¿Se trata de una intervención interesada para entorpecer ese proyecto y la vuelta a España de él y su familia? Ya hay quienes apoyanesta teoría conspiratoria, mientras que él ha querido responder a todas las especulaciones con un contundente comunicado.
«Esta mañana la Fiscalía lusa ha venido a mi domicilio en Oporto, como ha ido a otros 76 domicilios de sociedades deportivas, jugadores y clubes, para pedirme documentación. Me he puesto a su entera disposición. La TRANSPARENCIA es uno de mis principios«, comienzan esas líneas colgadas en su cuenta de Twitter, en las que subraya que se está «absolutamente tranquilo» y que puedes leer íntegramente abajo.
Entre los comentarios bajo el comunicado recogido con el logo de su candidatura, no son pocos los que ven sospechas de un movimiento interesado para truncar que Iker y Sara puedan retomar su vida en Madrid, donde tienen el chalé muy cerca de las oficinas de la Federación. Y lo que allanaría el terreno a la periodista para continuar con esa carrera que retomó hace unos meses tras sacrificarla por la de su marido, y a la que podría dar continuidad.
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