Este viernes, la Casa Real ha revelado que la princesa Leonor y la infanta Sofía participarán en la lectura continuada de El Quijote por el Día del Libro durante el homenaje que celebrará el Círculo de Bellas Artes el próximo jueves 23 de abril. La tradicional iniciativa se desarrollará en esta ocasion de forma virtual a causa del confinamiento provocado por el coronavirus. Los participantes enviarán el vídeo de su intervención previamente grabado –en el caso de las infantas, desde su casa junto al palacio de la Zarzuela– y el resultado se podrá ver online, en un gesto que además servirá como homenaje a todos los que luchan en primera línea contra la pandemia.
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La noticia es particularmente especial porque será la primera vez que escuchemos hablar a la infanta Sofía de forma oficial en un acto público. Hasta ahora, ha sido su hermana Leonor, heredera al trono, quien nos ha sorprendido con su aplomo en la oratoria –probable herencia de su madre Letizia– en los últimos Premios Princesa de Asturias, la entrega de los Premios Fundación Princesa de Girona o en la lectura de la Constitución de 2018. Pero todavía esperábamos ver brillar a la pequeña de la familia, famosa por su espontaneidad –ventajas de no soportar el peso de la corona–, como protagonista y no como mera acompañante de su hermana.
Pero el evento es relevante también por otro motivo. Se trata de la primera vez que tenemos noticias de Leonor y Sofía desde el inicio del confinamiento declarado por la pandemia del Covid-19. El último día que se las pudo ver en público fue el 3 de febrero en la apertura de las Cortes. Unas semanas después, tras el viaje de los reyes Felipe y Letizia a París, supimos que ambos habían sido sometidos al test del virus y que Letizia, aunque dio negativo al igual que el rey, respetó una cuarentena de 15 días como precaución. Desde entonces hemos tenido constancia diaria de la actividad institucional de los reyes a través de las redes sociales, donde reflejan sus numerosas llamadas a autoridades, organizaciones y ciudadanos, y en alguna visita pública de don Felipe, como la que realizó al hospital de campaña creado en Ifema. Pero Leonor y Sofia han permanecido fuera de la agenda.
Los jóvenes royals europeos han participado en diversas iniciativas de apoyo a la lucha contra la pandemia en estos últimos días. La casa real holandesa difundió a mediados de marzo un motivador vídeo en el que se podía ver a los reyes Máxima y Guillermo de Holanda aplaudiendo por los sanitarios junto a sus hijas Amalia, Alexia y Ariane en el balcón del palacio de Huis ten Bosch (La Haya). Un gesto al que también se sumaron los príncipes George, Charlotte y Louis de Cambridge, los hijos del príncipe Guillermo y Kate Middleton, desde su residencia en Anmer Hall. Los hijos de los reyes Matilde y Felipe de Bélgica cocinaron gofres para los residentes y el personal de enfermería de dos hogares de mayores. El hijo mayor de Rania de Jordania ayuda desde hace varias semanas a repartir alimentos y suministros con el ejército. La princesa Ingrid, futura reina de Noruega, fotografió a sus padres Haakon y Mette-Marit durante una cena en su casa preparada por su hermano Magnus, el pequeño del matrimonio.
Ante este despliegue de solidaridad –y una excelente labor de comunicación–, la ausencia de Leonor y Sofía había empezado a suscitar cierta extrañeza entre la prensa y los cronistas reales. ¿Cuándo veríamos por fin a las infantas? ¿Qué han hecho durante este tiempo?
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Al igual que 8,2 millones de estudiantes españoles –salvando las diferencias que supone pertenecer a la realeza–, Leonor y Sofía están continuando con su curso escolar desde casa. La suspensión de las clases presenciales ha significado que los colegios hayan adaptado sus métodos de forma virtual, algo que podría alargarse hasta el próximo curso según algunos expertos.
Así lo ha hecho el Santa María de los Rosales, el colegio privado al que asisten las infantas en el norte de Madrid. Leonor estudia tercero de secundaria y Sofía primero de secundaria. El centro, cuya matrícula ronda los 7.000 euros por estudiante y curso, y del que rey Felipe es antiguo alumno, ha trasladado sus valoradas labores educativas –allí también estudian los hijos de Richard Duke Buchan III, embajador de Estados Unidos en España– al mundo digital.
Según ha podido saber Vanity Fair, durante los días previos a Semana Santa, el colegio enviaba por correo electrónico las tareas y las lecciones a realizar, e impartían entre una y dos clases online a la semana para el primer curso de la ESO, el correspondiente a la infanta Sofía. A la vuelta de las vacaciones de Pascua, la carga lectiva se ha aumentado con mayor número de horas de clases virtuales y contacto con los profesores.
Los alumnos del curso de la infanta Sofía, por ejemplo, tienen entre una y dos horas de clase al día de lunes a viernes, de acuerdo con la fuente consultada. Las asignaturas de Matemáticas, Lengua, Historia, Inglés, Biología, Tecnología y segunda lengua o francés se reparten a lo largo de la semana con el propósito de explicar las lecciones, responder dudas y avanzar con la teoría y la presentación de los trabajos.
El centro ha adoptado la plataforma de comunicación online Teams, la herramienta de Office 365 de Microsoft utilizada por numerosas empresas e instituciones educativas para agilizar ritmos de trabajo y coordinar equipos. Incluye opciones de chat y de videollamada.
Los deberes se suben a través de esa plataforma el día de la clase y se reciben corregidos a la semana siguiente, dando la oportunidad de plantear dudas y ampliar explicaciones. El colegio también da la posibilidad de utilizar el medio preferido por el alumno o su familia para realizar los trabajos y enviarlos, entre ellos el servicio de correo Outlook, OneDrive o OneNote, los tres también de Microsoft.
Los trabajos son puntuados y la calificación se comunica a través de Alexia, una popular plataforma usada por más de 4.000 centros educativos en todo el mundo que ha reforzado sus sistemas para hacer frente al incremento de uso durante la pandemia, tal y como señalan en su página web.
Es probable que las infantas estén complementando esta formación con otras actividades educativas en Zarzuela –Leonor, por ejemplo, también estudia árabe–, y disfrutando de horas extra para leer y ver películas de autor, gran pasión de doña Letizia.
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