Esther Koplowitz, ha sido una de las mujeres más importantes de la vida de Fernando Falcó, (con permiso de Marta Chávarri, la it girl de los ochenta por excelencia). En su caso, el dicho «de una boda sale otra boda» nunca se cumplió. Sus segundas nupcias estuvieron propiciadas por dos infidelidades. La primera tuvo como protagonista a Alberto Cortina y Marta Chávarri. ¿Qué tiene este escándalo que ver con las Koplowitz? Cortina estaba casado con Alicia, hermana de Esther.
Así fue como unas fotos en Viena rompieron tanto el matrimonio de Alicia como el del marqués de Cubas, convirtiéndose este affaire en uno de los espectáculos más mediáticos de la época. Pero la historia no acaba aquí, años más tarde en 1989, el marido de Esther, Alberto Alcocer, también la engañó, en este caso con la secretaria de Javier de la Rosa. Por lo que su matrimonio finalizó de forma abrupta, catapultado a su vez por la separación de su hermana, que aún seguía siendo noticia. ¿Una curiosidad? Los dos infieles eran primos, las engañadas, como ya hemos dicho, hermanas. Todo queda en familia.
Vista la situación, las hermanas Koplowitz, sin marido pero con una fortuna millonaria se puesieron al frente de sus negocios (volvieron al consejo de administración de Cycsa) y abandonaron la vida tranquila que habían llevado hasta el momento. 13 años después, la destinó volvió a unir a estas dos familias por sorpresa, Esther Koplowitz y Fernando Falcó anunciaron que se habían casado con una discreta fotografía que se convirtió en icónica. Ella tenía 50 años, y él, 64: era el segundo matrimonio de ambos.
Solo habían comenzado a salir un año antes pero parece que el amor pudo con el escándalo que ocasionó esta unión: el 7 de junio de 2003 la pareja se dio el ‘sí quiero’ en La Gata,finca que Koplowitz heredó de su padre, situada en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Fue una ceremonia muy íntima y selecta, en la que los más allegados pudieron disfrutar de esta unión que aunque solo duró seis años como matrimonio, se mantuvo hasta los últimos días del marqués de Cubas como una bonita amistad.
Tranquila, serena y sin sobresaltos: bastantes portadas habían protagonizado ya, la pareja se instaló después de casarse en el Edificio de Paseo de la Habana que tiene Esther en propiedad. El tiempo que duró su relación romántica, lo pasaron allí. Incluso después, como amigos y confidentes siguieron viviendo juntos. Es más, Fernando Falcó fue uno de los grandes apoyos de Esther cuando en 2015 sufrió un revés económico que desembocó en la venta de participaciones de la empresa que dirigía.
Dicen los que conocían a la pareja que Esther ha sido la que, en estos años, ha cuidado al marqués, sobre todo en los últimos meses de su enfermedad. Ahora que Fernando ha fallecido, la aristócrata ha ha hablado con ‘ABC’ sobre el que fuera su esposo, «Fernando era un hombre muy excepcional. Enormemente noble, incapaz de hacer daño a nadie», demostrando que siempre ha habido un gran cariño entre ellos.
Pese a los 10 años que llevaban separados, Esther Koplowitz nunca se quitó el anillo de casada y siguió compartiendo el mismo techo con el marqués. Quizás la segunda no fue la vencida para ninguno de los en términos amorosos, pero sí consiguieron un compañero de vida tras el escándalo que supusieron sus primeras nupcias. Y un gran apoyo fuera del ojo público.
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